Endesa ha destinado 71,8 millones de euros al mantenimiento preventivo de su red de distribución eléctrica y de las masas forestales que la rodean para asegurar la continuidad y seguridad del suministro en el período estival, una cifra que representa un incremento del 8,2% respecto a 2017.
Este año se han destinado 21,7 millones de euros a los trabajos de tala, poda y limpieza de la masa vegetal de cara a la campaña de verano 2018 y 50,1 millones de euros al mantenimiento y mejora de la red eléctrica.
Los trabajos realizados consisten, principalmente, en labores de limpieza y cuidado de los bosques en las zonas por donde discurren las líneas eléctricas, así como trabajos de mantenimiento preventivo de la red y las habituales revisiones de todas las instalaciones para evitar incidencias y mejorar la calidad del suministro.
Parte de la red eléctrica gestionada por Endesa corresponde a líneas áreas que atraviesan terrenos o zonas forestales y que precisan de una adecuada conservación de las masas de vegetación. Con las labores de tala y poda realizadas en las comunidades autónomas donde Endesa opera como compañía distribuidora (Cataluña, Aragón, Andalucía y Extremadura, Baleares y Canarias) se asegura la apertura de corredores de seguridad debajo de las redes tanto de alta como de media, lo que permite evitar incidencias en el suministro eléctrico y minimizar el riesgo de incendio.
Los trabajos de tala y poda selectiva se ejecutan según los criterios estipulados en la normativa nacional y autonómica, que marcan la periodicidad en función del calendario de crecimiento de las diferentes especies y se realizan en colaboración con las administraciones autonómicas y locales.
Al margen de los trabajos forestales, Endesa realiza durante el año diferentes tipos de revisiones en sus instalaciones de distribución, como las termografías de las líneas y subestaciones de media y alta tensión.
Consisten en la inspección de la red con cámaras de infrarrojos, ya sea desde tierra o por aire, para detectar si hay algún elemento que presente una temperatura más elevada de lo normal, lo cual indica que sufre una anomalía. En caso de detectarse cualquier anomalía, las coordenadas del “punto caliente” quedan registradas y se activa de forma automática el mecanismo para corregirla.