Después de meses de crispación, de amenazas mutuas e imposición de aranceles, el presidente de Estados Unidos y el de la Comisión Europea han abierto la puerta a un acuerdo.

Tras su reunión en Washington con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, Trump ha asegurado que se ha alcanzado un compromiso con la UE para trabajar juntos hacia una política de “cero aranceles, cero barreras no arancelarias y cero subsidios a los bienes industriales no automotrices”.

En una comparecencia de prensa conjunta con Juncker, no prevista en la agenda de ambos, el mandatario reveló que la UE comenzará a importar soja “especialmente del medio oeste” de EE.UU., así como gas natural líquido para “diversificar” sus fuentes energéticas, además de reducir algunos de los aranceles industriales.

Por su parte, el presidente de la CE celebró el acuerdo comercial, que contempla la reducción de los aranceles por ambas partes y relaja las fricciones bilaterales de los últimos meses. “Teníamos la intención de lograr un acuerdo, y logramos un acuerdo hoy”, ha afirmado Juncker tras su encuentro con Trump en el Despacho Oval de la Casa Blanca.

Asimismo, ha indicado que el pacto establece la “resolución” de los impuestos por parte de EE.UU. al acero y aluminio europeos, que desataron la escalada comercial entre Bruselas y Washington, aunque no precisaron si quedan anulados de manera inmediata.

Minutos después, en una conferencia en el centro de estudios CSIS, Juncker remarcó que se trata de un buen acuerdo que remarca lo “especial” de la alianza entre EE.UU. y la UE, a la vez que subrayó que sus intercambios suponen la mitad del comercio global.