Más de 29 millones de visitantes. Esta es la cifra que Andalucía registró durante el año 2017. Un 35% sobre los 82 millones que se alcanzaron en España, según la Organización Mundial de Turismo (OMT), el tercer país del mundo en número de turistas extranjeros.

Sirvan estas cifras como indicadores de la importancia de un sector que aporta el 11,5% del PIB y que tiene un crecimiento anual del 4%. No obstante, sería ingenuo pensar que todo se debe a nuestros monumentos, el clima o la comida. La imagen proyectada en el exterior está cambiando: pasamos de ser un destino de tópicos a un destino más moderno.

La razón de este cambio de paradigma es básicamente la adaptación a la demanda. El perfil de turista también ha cambiado. Más que viajeros 4.0, por el uso extendido de las tecnologías, ahora podríamos hablar de viajeros 360. La persona que quiere viajar cuenta con soportes y recursos digitales para cubrir toda la experiencia: búsquedas, comparaciones, reservas, compras, pagos, recomendaciones, etc. Así, el viaje comienza y acaba en el entorno digital.

Teniendo en cuenta estos hechos, no es de extrañar la cantidad de programas e iniciativas de financiación y apoyo a la creación de Destinos Turísticos Inteligentes – DTI: líneas de cofinanciación europea para municipios, Plan Nacional de Territorios Inteligentes de la Agenda Digital, etc. Entendemos como DTI las ciudades o territorios que, con una infraestructura tecnológica innovadora, garantizan un turismo sostenible, accesible e integrador del visitante, incrementando el valor de la experiencia.

En este sentido, en SDOS somos conocedores y partícipes de las líneas abiertas por diferentes destinos a nivel nacional. Smart Costa del Sol, Smart Digital Segovia, Smart Huelva o Marbella son algunos proyectos en los que estamos trabajando para dotarlos de una tecnología que favorezca la transformación de la experiencia de los visitantes.

Y, ¿hacia dónde tiende la demanda de tecnología aplicada al turismo? Hacia la competitividad digital. La exigencia y nuevos hábitos de los clientes están poniendo a prueba la obsolescencia tecnológica de los destinos. No hay otra alternativa que no sea apostar.

Las principales áreas de actuación se están dirigiendo, como no podía ser de otra forma, hacia el móvil. El smartphone es la principal vía de acceso a Internet y, en el ámbito turístico, un 45% de los usuarios lo emplea para todo lo relacionado con sus viajes o vacaciones. Estar conectados, informarse, interactuar, buscar experiencias o compartir recursos; todo se hace desde el canal móvil.

Pero si se trata de adaptar la demanda a la oferta, el uso de tecnología Big Data puede considerarse casi imprescindible. El análisis de los datos de comportamiento, uso y valoración de los usuarios en los destinos turísticos permite tener un conocimiento global de la situación y un aliado en la toma de decisiones en lo que a mejora de los servicios se refiere.

En definitiva, ya sea a través del móvil, el Big Data, un software de gestión avanzado, chatbox, o realidad aumentada, la meta será estar preparados para cubrir las expectativas de unos visitantes que nos valorarán no solo por los atractivos turísticos que tengamos, sino por la forma en las experiencias que les proporciones en torno a ellos.

Seguirán viniendo por nuestros monumentos y nuestro sol, pero nos valorarán por nuestra tecnología.

 

Carmen Sánchez | Responsable de Comunicación y Marketing de SDOS

 

 

Artículo incluido en el especial sobre turismo digital en el número de julio y agosto de la revista Agenda de la Empresa