En 1918, la cupletista Aurora Mañanos Jauffré era una de las estrellas artísticas de la época. A pesar de ser originaria de Bilbao, mantenía una estrecha relación con Sanlúcar de Barrameda, donde pasaba largas temporadas por la amistad mantenida con algunos miembros de la familia Delgado Zuleta.
Por este motivo, la bodega le ofreció nombrar con el apodo con el que era conocida, La Goya, a su manzanilla más selecta, naciendo de esta manera uno de los vinos más emblemáticos y reconocidos a nivel nacional e internacional del Marco de Jerez.
Al cumplir este 2018 su primer siglo de existencia, Delgado Zuleta ha querido modernizar su etiqueta, adaptando su imagen a los nuevos códigos visuales que requiere el consumidor, con una información mucho más amplia y detallada del vino, haciendo referencia a su historia y siempre sin perder la identidad y el estilo característico de esta bodega sanluqueña nacida en 1744.
La nueva etiqueta, creada por el estudio gaditano Ideólogo, responsable de diseños tan icónicos como Pancracio, Indi o Álvarez Gómez, destaca en su frontal detalles como la especial relación que la bodega ha mantenido históricamente con la Casa Real o sus 7 clases, término tradicional sanluqueño con el que se cuentan las escalas del sistema de criaderas y soleras.
Según apunta José Federico Carvajal, director comercial de Delgado Zuleta, “para nosotros era una gran responsabilidad cambiar la imagen de un vino histórico y tan reconocible a nivel nacional e internacional, por lo que ha sido un proceso muy complejo en el que han intervenido historiadores, diseñadores y expertos en márketing enológico para intentar concentrar en una etiqueta todos los mensajes que queríamos destacar”.
En cuanto al vino, desde la bodega apuntan que no hay ningún cambio. Según se recoge en la propia contraetiqueta, es una manzanilla “fina, delicada e intensa, perfecto aperitivo y que combina maravillosamente con platos de pescado y marisco”.