Con una inversión máxima de 2.560 millones

Banco Santander ha anunciado hoy su intención de comprar hasta el 25% de la filial mexicana que está actualmente en manos de inversores minoritarios mediante un canje de acciones por un importe total de 2.560 millones de euros.

En su discurso ante la junta general de accionistas del banco, la presidenta de Santander, Ana Botín, afirmó: “Creemos en México, en el potencial de su sector financiero, y de Santander México, que es uno de los bancos líderes en el país”.

Según los términos de la operación, los accionistas de la filial mexicana recibirán 0,337 acciones nuevas de Banco Santander por cada acción de Santander México, o 1,685 nuevos ADSs de Banco Santander por cada ADS de Santander México, lo que supone una prima del 14% respecto al precio de cierre de ayer. De este modo, la inversión máxima que efectuaría Banco Santander para ejecutar la operación, que tendrá impacto neutro en el beneficio por acción y ligeramente positivo en términos de capital, ascendería a 2.560 millones de euros, a pagar con acciones nuevas.

España y Europa

En su discurso en la junta de accionistas, la presidenta de la entidad hizo referencia al inicio de la campaña electoral en España y pidió a los políticos que alcancen “un pacto por el crecimiento inclusivo”. “Necesitamos huir del cortoplacismo e impulsar una agenda reformista con visión de largo plazo, que fomente el crecimiento inclusivo y la cohesión social. El objetivo no es sólo crecer, sino que los beneficios del crecimiento económico lleguen a todo el mundo”. No obstante, señaló que esto “solo es posible si los empresarios invierten y crean empleo. Sin crecimiento no hay inclusión”, explicó.

Para respaldar el crecimiento inclusivo, Botín pidió “un compromiso permanente con la educación”, porque “necesitamos una educación de primer nivel. Ésta tiene que ser una prioridad, gane quien gane o gobierne quien gobierne”.

Además, recordó que serán necesarios acuerdos entre los distintos partidos y aseguró que, en política económica, “todos sabemos lo que funciona y, sobre todo, lo que no funciona”. Como aspectos prioritarios citó la sostenibilidad presupuestaria, un entorno que apoye a los emprendedores y a los inversores para que creen puestos de trabajo, que las pensiones de los trabajadores sean suficientes para tener una vida digna pero que, a su vez, sean sostenibles. Por último, reclamó estabilidad institucional para atraer inversión nacional y extranjera.

La presidenta de Santander se refirió al Brexit como ejemplo de “los peligros que pueden venir si ignoramos o minimizamos las preocupaciones que millones de personas tienen sobre sus trabajos, su prosperidad y su futuro”, y señaló que “aunque Europa no es perfecta, es el mejor modelo de democracia contrastado, un modelo de sociedad abierta e inclusiva y de economía de mercado”.

En su opinión, “España puede y debe recuperar protagonismo en la construcción europea. Trabajar por una integración mayor y participar de las decisiones es también nuestra labor. Construir Europa es política nacional. Europa es la solución y no el problema”, subrayó la presidenta, que insistió en que “debemos ser proactivos y aportar ideas para construir una Europa aún mejor”. Para Ana Botín, “esto no será posible sin un sector financiero fuerte y rentable”, y recordó que “en Europa, un 90% del crédito a pymes concedido por el sector privado viene de los bancos, que son esenciales para lograr que Europa siga siendo un área de prosperidad y crecimiento sostenible”.

En este sentido, abogó por completar la unión bancaria para romper el vínculo entre riesgo soberano y sector financiero y contar con una regulación equilibrada entre la prudencia y el acceso de las empresas al crédito y a proyectos de futuro solventes.

Botín consideró que “crecer sosteniblemente requiere también abordar el reto digital desde una perspectiva europea. Tenemos capital económico y humano para estar a la cabeza de este tren. Hoy estamos por detrás de China y de Estados Unidos. No hay prioridad más importante para la nueva Comisión Europea”, resumió, sin dejar de recordar que necesitamos un marco de competencia justo para la era digital en el tratamiento de los datos, en la fiscalidad, en los pagos, en el transporte o cualquier otro sector de la economía. “Mismas actividades, mismas reglas”, reclamó.