En el último año, 12.700 andaluces han abandonado el desempleo en el sector agrario, lo que supone un descenso de 1,54 puntos porcentuales más que en España. Así lo ha destacado en Lebrija (Sevilla) el consejero de Empleo, Antonio Fernández, quien ha participado en las jornadas Agricultura y Empleo promovidas por la asociación agraria COAG-Sevilla, y que ha reunido a agricultores y ganaderos de la comarca sevillana del Bajo Guadalquivir.

La tendencia de crecimiento andaluza, ha asegurado Antonio Fernández, también se refleja en el medio rural, que actualmente ocupa a 244.300 trabajadores y en el que se ha incrementado en los últimos años en torno a un 26% el número de trabajadores autónomos, alcanzando la cifra de 456.262 trabajadores por cuenta propia. Este panorama, ha asegurado el consejero de Empleo, supone un punto de partida favorable para afrontar el nuevo escenario derivado de la reforma de la Política Agraria Común.

En este sentido, el titular de Empleo ha apostado por la diversificación de las actividades en el sector agrario hacia cultivos especializados y de mayor valor añadido, y el fomento de la iniciativa empresarial, como dinamizadores de una nueva estructura del empleo, generadora de riqueza en la comarca del Bajo Guadalquivir, de amplia trayectoria agrícola y cuya superficie cultivada ronda las 150.000 hectáreas.

Instrumentos como la Unidad Territorial de Empleo (UTEDLT), ha recordado Antonio Fernández, se han consolidado en la comarca como elementos cuyo objetivo es sacar el máximo rendimiento al mercado del empleo en el territorio, fomentando las ideas de negocio y la cultura emprendedora e impulsando nuevas actividades económicas.

Así, el consejero se ha referido al aumento registrado en la comarca en los últimos años en el número de industrias agroalimentarias y empresas de servicios para la modernización de las explotaciones, que representan nuevas oportunidades para consolidar una estructura de empleo competitiva y de calidad.

Por último, Antonio Fernández se ha referido a la necesidad de promover, a través de la formación, la adaptación de los trabajadores y las personas desempleadas a las necesidades de un nuevo mercado más competitivo, factores que redundan en un aumento del empleo de calidad, la seguridad y la salud laboral.