Primero fue Movistar. Ayer, le siguió Orange y, por sorpresa, Vodafone. Las tres operadoras principales de la red de telefonía móvil española concluyeron así un movimiento que, dicen, no está concertado, pero cuya consecuencia es indiscutible: han subido exactamente lo mismo el precio del establecimiento de llamada. La cuarta operadora con red propia, Yoigo, mantiene de momento la tarifa.