La cadena de pizzerías cuyo dueño fue librado por la policía de un linchamiento tras varios incendios en uno de sus locales, ha sido condenada a desmontar las instalaciones de evacuación de humos en otro de sus establecimientos.

A causa de las molestias originadas por las instalaciones de evacuación de humos de la pizzería “PIZZA PINO” de la Plaza de la Solidaridad de Málaga en la cual se produjo un conato de incendio sobre su horno de leña, los vecinos del Edificio “La Araucaria” donde se ubica demandaron judicialmente el desmontaje de las chimeneas.

Desde la puesta en funcionamiento del local, los residentes han venido sufriendo perjuicios por el calor, gases, hollín y olores que se filtraban a sus viviendas a través de las conducciones que la pizzería había instalado en zonas comunes.

Al no haber logrado de manera amistosa que se modificasen para evitar esas inmisiones, la situación se puso en conocimiento de las autoridades municipales lo que motivó diversas intervenciones de la Policía Local y varias resoluciones administrativas imponiendo medidas al establecimiento como el precintado del horno. En agosto de 2005 ardió parte del techo teniendo que acudir dos dotaciones de bomberos para su extinción.

La Comunidad de propietarios confió las acciones legales al bufete Antiñolo y Asociados especializado en defensa jurídica de la propiedad inmobiliaria el cual ejercitó una acción civil ante los tribunales para que se declarase que la alteración de un elemento común sin el consentimiento unánime de los copropietarios es contraria a la Ley. José Antonio Antiñolo, abogado de la firma, aclaró que la demandada no respetó las reglas que impone la copropiedad ya que las facultades del propietario y, en concreto, sobre realización de obras están sometidas a límites legales que prevalecen incluso sobre los estatutos.

Las pizzerías de esta cadena hostelera cuentan en su haber con algunos problemas similares. Como el recientemente acaecido en la Avenida Antonio Machado donde se ha producido tres incendios por falta de seguridad. En el último de ellos, hubo que desalojar una treintena de vecinos de sus hogares durante la noche. El horno permanecía encendido a las tres de la madrugada, según informaron los bomberos, quienes tuvieron que desalojar el edificio; los vecinos, una vez en la calle increparon al dueño por su continua negligencia, y cuyo linchamiento fue evitado por la policía.