Ha registrado un beneficio antes de impuestos de 26,9 millones

Calidad Pascual ha registrado en 2018 un beneficio antes de impuestos de 26,9 millones de euros y continúa con paso firme en el proceso de estabilización y reducción de la deuda financiera, que ha descendido de 192 a 170 millones en el último año.

Según su Informe de Gestión y Negocio Responsable 2018, la compañía alcanzó en 2018 una facturación de 695 millones, un 3% más que en el mismo periodo del año anterior.

El impacto económico total de Calidad Pascual para el PIB español es de 1.344,61 millones, y su actividad ha llegado a más de 30 millones de consumidores y a 120.850 puntos de venta.

En términos de empleo, la compañía genera en nuestro país 14.238 puestos de trabajo equivalentes a jornada completa. En 2018, el 92,2% de los contratos fue indefinidos y la ratio de absentismo se situó en un 4,47%.

En palabras de su presidente, Tomás Pascual, “en el último año, Calidad Pascual ha sido sensible a los grandes desafíos del sector agroalimentario. Un sector del que estamos orgullosos y al que pertenecemos hace 50 años con una única forma de entender nuestro negocio: contribuir al progreso social aportando un toque de bienestar y calidad de vida”.

Por su parte, el CEO-Director General Ejecutivo de Calidad Pascual, José Luis Saiz, ha destacado que “sostenibilidad y rentabilidad son dos conceptos que no solo pueden convivir, si no que en Calidad Pascual nos han ayudado a construir nuestro pasado, presente y futuro. En nuestro 50 aniversario, el mandato que nos guía es crecer de manera sostenible y rentable, creando valor para clientes, empleados, proveedores, ciudadanos y accionistas”.

Este compromiso se engloba en Pascual Aporta, el marco de gestión responsable presentado por la compañía en mayo de este año en el que se integran todos los programas que viene desarrollando Pascual en torno a los tres territorios desde los que aporta valor a la sociedad: Bienestar, Desarrollo y Medioambiente.

Productos y hábitos de vida saludables

Uno de los grandes retos a los que se ha enfrentado Calidad Pascual en 2018 es la apuesta por programas de reducción de azúcares en los productos y campañas de hábitos de vida saludable en consonancia con el Plan de Colaboración para la Mejora de la Composición de los Alimentos y Bebidas y Otras Medidas (2017-2020), presentado por FIAB y el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Así, los batidos Pascual ahora presentan un 24% menos de azúcares añadidos, los yogures también han reducido un 14% y las bebidas vegetales un 8% su contenido en azúcares añadidos.

La apuesta de la compañía por la innovación le ha llevado a redefinir sus productos, adaptándolos a nuevas oportunidades y ampliando sus gamas. Batidos Pascual estrenó una nueva botella para el canal Horeca y un nuevo formato destinada al público adulto, Mocay apostó por la naturalidad con su nueva referencia ‘Yo natural’ y Cola Cao Shake lanzó dos nuevas variedades vegetales con bebida de avena y coco. Además, Pascual benefició en el pasado año a más de 22.000 personas fruto de las alianzas con entidades de salud y la puesta en marcha de 19 acciones de promoción de la salud y de hábitos de vida saludable como ‘Vive tu Salud’.

Operaciones sostenible y economía circular

Calidad Pascual cuenta con un Plan Medioambiental y unos objetivos que persiguen seguir mejorando en aras de una mayor eficiencia y sostenibilidad en todas las operaciones. Así, desde 2015 la compañía ha reducido un 16,41% el consumo eléctrico y un 11,85% el consumo de agua. Actualmente el 25% del PET de los envases de Bezoya es reciclado, y el 100% de los envases son reciclables o reutilizables. En 2018 también esta marca apostó por un nuevo envase en brik 100% reciclable.

Además, Pascual colabora mediante alianzas con el Tercer Sector para concienciar a la sociedad en temas relacionados con el medioambiente y la protección de la biodiversidad, y continúa desarrollando un modelo de producción responsable y eficiente. La empresa marcó un hito al convertirse en la primera del sector lácteo en inscribir su huella de carbono en el registro de la Oficina España de Cambio Climático del Ministerio; ya utiliza un 98% de su energía proveniente de fuentes renovables y ha evitado la emisión a la atmósfera de 980 toneladas de CO2 de forma directa y 1.085 toneladas de forma indirecta fruto de su apuesta por la movilidad sostenible.