El éxito de la Orden de 24 de mayo de 2005, que ha aprobado incentivos por valor de 167,7 millones de euros para 2.740 proyectos empresariales movilizando una inversión privada de 661,2 millones de euros y comprometiendo la creación de 6.103 puestos de trabajo, ha impulsado a la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa a prorrogar la vigencia de la misma hasta final de diciembre de 2006, dando así respuesta, igualmente, al importante número de proyectos en cartera que podrían presentarse en los próximos meses.

Así, hasta finales de 2006 (hasta ahora, este plazo concluía el 30 de septiembre), se pueden hacer llegar las solicitudes de incentivos a la Agencia de Innovación y Desarrollo de Andalucía (organismo gestor de la Orden).

La Orden de 24 de mayo de 2005, estructurada en las líneas de Modernización, Creación de Empresas, I+D, Cooperación Competitiva y el propio Plan de Consolidación y Competitividad de la Pyme (PCCP), nació en el marco del VI Acuerdo de Concertación Social de Andalucía con el objetivo de incorporar la innovación como factor estratégico del desarrollo empresarial y potenciar el uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TICs) en todas las fases significativas del devenir empresarial.

Concretamente, la Orden ha destinado el 53,2% de los incentivos a proyectos de Modernización, el 26,8% a proyectos de Creación, el 12,6% a proyectos concretos de la Línea de I+D, el 6,7% al PCCP y el 0,5% a proyectos de Cooperación. No obstante, si se tienen en cuenta los proyectos de I+D+i más todos los proyectos, sean de la Línea que sean, que reciben una atención especial por incorporar elementos innovadores (se contemplan categorías de Innovación dentro de las Líneas de Creación y Modernización, una categoría de Innovación de Productos y/o Procesos dentro de la Línea de Cooperación de Empresas y una categoría específica de Innovación de Procesos dentro del PCCP), el número de proyectos innovadores apoyados asciende a 466, que junto a los 36 proyectos de Empresas de Base Tecnológica aprobados (18 de Creación y 18 de Modernización) aglutinan el 55,9% del total de incentivos aprobados.

Uno de los elementos más destacables de la Orden es su marcado carácter selectivo, que no restrictivo. Su objetivo es incentivar todos aquellos proyectos que aporten valor añadido, es decir, que introduzcan innovación, que minimicen las debilidades y favorezcan las oportunidades del tejido empresarial andaluz. En este sentido, y teniendo en cuenta las cuatro líneas fundamentales de la Orden, el porcentaje medio más alto de incentivo aprobado en relación a la base incentivable de los proyectos es para la línea de I+D+i (42,1%).

Orden de incentivos
La Orden de Incentivos para el Fomento de la Innovación y Desarrollo Empresarial de Andalucía responde a la necesidad de generar un cambio cultural del tejido empresarial andaluz apoyado en la concepción de la innovación como pilar sobre el que apoyar el crecimiento y la competitividad, y como preparación para el nuevo marco comunitario y el VII Programa Marco de I+D+i de la Unión Europea, que destinará el 75% de su dotación inicial (4.200 millones de euros) las pymes.

Este cambio es la clave para que el empresariado de la Comunidad compita desde la mejor posición en una economía marcada por la globalización y la sociedad de la información.

La Orden de Incentivos comienza su andadura en mayo de 2005 en el marco de un conjunto de políticas e instrumentos cuyo objetivo es el fortalecimiento del sistema Ciencia-Tecnología-Empresa, todo ello bajo una estrategia compartida de cambio estructural de la sociedad andaluza recogida en el Plan de Innovación y Modernización de Andalucía (PIMA).

Este nuevo instrumento aporta una serie de novedades muy destacadas respecto a la solicitud, tramitación y realización de los incentivos, si bien, su novedad fundamental radica en el cambio de filosofía que aporta a la gestión de los fondos destinados al apoyo del tejido empresarial andaluz.

Ante todo se sustituye el concepto de subvención por el de incentivo, ya que el apoyo que se presta a las empresas no lo es tanto para solventar problemas de capacidad financiera de los promotores sino para orientar las inversiones en una dirección determinada: el incremento de la productividad y la competitividad de las empresas.

Sobre el aspecto administrativo, destaca que la orden, fruto del consenso entre los Agentes Económicos y Sociales de la Comunidad, ha simplificado tantos los procesos de tramitación como los tiempos. La norma ha aglutinado las 16 disposiciones normativas que hasta el momento regulaban la concesión de incentivos; se ha establecido una entrada única para todas las solicitudes, un único órgano gestor (la Agencia de Innovación y Desarrollo de Andalucía, IDEA) y un único procedimiento general de tramitación, gestión, resolución y abono de los incentivos absolutamente digitalizado, con lo que además se introduce tanto a la Administración como a las empresas en la Sociedad de la Información, y estableciendo un plazo máximo de respuesta de tres meses y un plazo concreto de pago