El Informe de Sostenibilidad en Andalucía 2005, realizado por EOI Escuela de Negocios y el Observatorio Ambiental de Andalucía, constata que el impacto ambiental del sector turístico andaluz sigue creciendo muy por encima de su aportación económica. Así, durante el período 2002-2003, el último del que se disponen datos, el aumento del Valor Añadido Bruto (VAB) del sector servicios fue del 1,71% y el gasto turístico se elevó al 3%, porcentajes muy inferiores a los crecimientos registrados en el consumo de energía final atribuible al turismo (del 11,65%) y en la generación de residuos sólidos urbanos (del 13%). Sólo el consumo de agua de abastecimiento urbano aumentó (un 0,34%), en menor medida que el VAB.

No obstante, los datos de este último periodo analizado mejoran bastante la media de los años anteriores y más concretamente el periodo comprendido entre 1996-2003. Durante este tiempo, la distancia entre la aportación económica del sector turístico y su presión ambiental es muy importante. Así, mientras el crecimiento del VAB se sitúa en el 29%, el de consumo de agua se eleva al 128%, el de energía final (2002-2003) al 21% y el de generación de residuos sólidos al 162%. Unos datos que hacen que el sector turístico sea, hoy por hoy, el menos ecoeficiente.

Mejor comportamiento ha tenido en los últimos años el sector industrial, constatado por el aumento del Índice de Producción Industrial de Andalucía (IPIAN) en todas las ramas de la actividad industrial, que no ha estado acompañado de una significativa mayor presión ambiental en relación con el consumo de agua y de energía. Solamente el incremento de la producción declarada de residuos peligrosos, que en el periodo 2001–2002 ha crecido un 20,20%, se acerca al crecimiento de la producción industrial.

También el sector agrícola andaluz se encuentra en un proceso de reequilibrio y de mejora de su ecoeficiencia, si ponemos en relación el crecimiento económico (VAB) obtenido entre 1992 y 2003 y las presiones ambientales que se han producido en términos de consumo de recursos (superficie agrícola cultivada y consumo de agua) y de incidencia en el medio (consumo de fertilizantes y de productos fitosanitarios). Sumando todos estos años, el VAB creció un 53%, mientras que el consumo de agua se incrementó sólo en un 5%, el de fertilizantes un 18% y el de productos fitosanitarios en un 53%. Por su parte, la superficie cultivada disminuyó un 4%. Como notas destacadas del último año, cabe valorar positivamente la mejora de la eficiencia en el consumo de agua, con una disminución del consumo del 17%, también atribuible a las circunstancias climatológicas, el incremento del 27% de la superficie dedicada a agricultura ecológica y el aumento del 33% de la superficie agrícola en producción integrada[1].

Por su parte, el examen de la evolución de la ecoeficiencia del sector de transportes y comunicaciones arroja luces y sombras. Así, durante el período de 2002-2003 se mantiene la tendencia de acoplamiento entre el crecimiento económico del sector del transporte y algunas de sus principales presiones ambientales, que han aumentado en mayor proporción que el crecimiento económico. Así, si el VAB ha aumentado un 1,71%, el tráfico en carreteras ha crecido un 7,6% y el tráfico de mercancías por carreteras un 2,5%. En cambio, el crecimiento económico ha sido mayor al aumento del consumo de energía final (0,66%) y al crecimiento de la densidad de los medios de transporte (0,81%). Un dato positivo es el mayor uso del transporte público, en términos de transporte urbano de viajeros por carretera (2,4%) y de transporte de viajeros por ferrocarril (6,2%).

El análisis de sostenibilidad del sector energético revela, por su parte, que prosigue la tendencia de aumento de consumo de energía final por sectores, mayor en la agricultura y pesca (18%) y en los servicios (12%) y algo más controlada en el industrial (3%) y de transporte (0,66%). En términos de ecoeficiencia, se observa que los consumos de energía por fuentes de energía y por sectores (4,17%) está por encima del PIB (2,9%).

En su segunda edición, el Informe de EOI Escuela de Negocios y el Observatorio Ambiental de Andalucía incorpora como novedad el análisis del sector de la construcción, que ha experimentado un considerable crecimiento económico en el período que va de 1992 a 2003 (aumento del VAB del 51%), y ha registrado un crecimiento aún mayor de sus presiones ambientales (aumento de los consumos de cemento, áridos y suelo del 80%, 87% y 161% respectivamente). Durante 2002-2003 se mantiene la tendencia de acoplamiento entre el crecimiento económico del sector (VAB 4%) y sus principales presiones ambientales (consumo de cemento, (8%), consumo de áridos, (7%), y consumo de suelo, (14%).

Como en su primera edición, el Informe de Sostenibilidad en Andalucía 2005, recoge, además, las opiniones de 70 expertos y profesionales sobre medio ambiente y sostenibilidad que han servido como base para elaborar el Índice Sintético EOI sobre las tendencias en la evolución del Sistema de Sostenibilidad Andaluz. Las opiniones de los expertos apuntan que algunos problemas todavía graves, si bien consideran que las tendencias generales que se observan son de mejoría.

Así, un 70,7% de los agentes consultados considera grave el hecho de que no se respeten las medidas para limitar la expansión urbanística con fines turísticos, en especial, en la construcción de segundas viviendas. La extensión de los cultivos que necesitan irrigación en zonas de baja disponibilidad de agua y el escaso desarrollo de modelos de transporte público eficientes son otros de los problemas considerados graves.

Por otra parte, más de dos tercios de los encuestados cree que el bajo precio del agua en Andalucía conlleva su uso inadecuado en el sector agrícola y que faltan recursos y voluntad política en las zonas turísticas para mantener la calidad ambiental (ruido, limpieza, espacios verdes…) en temporada alta. El hecho de que la población andaluza no modifique su comportamiento para reducir la contaminación acústica, la escasa difusión del valor de la sostenibilidad, el débil fomento de la movilidad peatonal y en bicicleta, el uso limitado de fuentes de energía renovable y la práctica poco generalizada del reciclaje de residuos son otras debilidades detectadas y a las que, según los expertos, debería prestarse especial atención para corregirlas en un futuro inmediato.

El Informe de Sostenibilidad en Andalucía 2005, segundo de la serie de documentos anuales de la Colección EOI Medio Ambiente, que edita y difunde la Fundación EOI y la Asociación Observatorio Ambiental de Andalucía, analiza el proceso hacia la sostenibilidad de los sectores económicos más relevantes de la Comunidad Autónoma, en términos de ecoeficiencia, y desde una óptica integradora, en la que se complementen las distintas dimensiones de este fenómeno: económica, social y ambiental.