Primer campus integral en el mundo en conseguir el certificado medioambiental Leed Platino

Por primera vez en el mundo, un campus universitario de estas características ha obtenido el certificado Leed Platino que concede el U.S. Green Building Council (USGBC, siglas en inglés) y que reconoce y pone en valor sus características avanzadas en cuanto a sostenibilidad.

Más de una centena de indicadores relacionados con instalaciones, eficiencia en cuanto al consumo de agua y energética, utilización de materiales y recursos, calidad ambiental interior, diseño, innovación, etc. han sido estudiados pormenorizadamente en el proyecto antes de ser reconocido con dicho certificado.

Para lograrlo, en el nuevo campus de Loyola, ubicado en Dos Hermanas (Sevilla) y con un total de 38.000m2, el estudio luis vidal + arquitectos, responsable del proyecto, ha diseñado una estrategia 5G basada en estos conceptos clave: tecnología, accesibilidad, sostenibilidad, responsabilidad y en el que se toma al ser humano como medida. De esta manera, y bajo un enfoque “glocal”, en el que se piensa en global y se actúa según las necesidades locales, los arquitectos han conseguido proyectar un campus inspirado en los norteamericanos integrados, pero adaptado a la realidad de Andalucía, de dónde beben algunas de sus características principales.

Por y para ello, luis vidal + arquitectos ha contado, especialmente y entre otros, con empresas y proveedores de la zona como POLYGROUP, compañía internacional con base en Sevilla fabricante de suelos técnicos de alta calidad, y Grupo GUBIA, estudio sevillano especializado en el diseño y construcción de espacios en madera y bambú. Esta forma de trabajo, echando mano de colaboradores y expertos regionales y de cercanía, ha facilitado a los arquitectos la optimización de los recursos y el asegurar que las instalaciones se integraran de una forma eficiente y eficaz en el emplazamiento y entorno que lo rodean potenciando, a su vez, la arquitectura local.

Con ese objetivo, y tras 17 meses de obra, el campus Loyola ha quedado inaugurado recientemente, en una primera fase, para albergar a una comunidad universitaria de 2.500 estudiantes que, se prevé, vaya en aumento. Un trabajo arduo y en coordinación con muchos profesionales del sector que se basa, a nivel de diseño, en disponer pocos edificios, eficiente y optimizados, a lo largo de un eje longitudinal dónde se han ubicado las aulas, les espacios de administración, los laboratorios, el salón de actos y la cafetería. Todos aquellos espacios relacionados con el conocimiento.

Por su parte, en el eje transversal se han instalado la biblioteca y la capilla, relacionados con el desarrollo humano. En la intersección entre ambos ejes se ha situado una gran plaza, punto de encuentro de la comunidad universitaria y corazón del proyecto, con la que los arquitectos han querido hacer un guiño a las plazas tradicionales andaluzas.

Así mismo, más allá de esta gran plaza central, la disposición de más aularios, para sucesivas fases, se han proyectado en forma escalonada con el fin de generar plazas en los accesos a los edificios. Zonas que han sido diseñadas para adaptarse a la climatología cambiante según las estaciones del año. Como resultado de esta concentración de espacios y edificios, se han dejado libres partes de la parcela, lo que da como resultado un campus flexible con capacidad de ampliarse y extenderse según las necesidades futuras.