Director: Rubén Olmo

El arte nunca tiene límites(Antonio Ruiz Soler)

“El  alma de la danza le poseía. Sabía que la Danza, en definitiva, solo “es una poesía generalizada de la acción de los gran Does vivos”. (Paul Valéry)

Rosario y Antonio alcanzaron fama internacional en vísperas del Festival de Lieja. Desde entonces, la joven pareja -disuelta años más tarde- no cesó de producir auténticas obras de arte que van desde el Zapateado de Sarasate -una pieza de bravura- hasta el Allegro de concierto de Granados, aunque la cúspide llegaría con las Sonatas, con música del padre Soler, bajo la influencia de una pieza de ambiente cortesano que mezcla el lenguaje del bolero y el del ballet, una auténtica obra maestra que sigue portando el emblema de la renovación en el mundo de la danza. Posteriormente, Antonio estrena El sombrero de tres picos, a partir de la coreografía original de Léonide Massine, aunque imprimiendo un carácter más tradicional que contrasta con la música modernista de Manuel de Falla, al que seguirían otras aportaciones para el repertorio de la danza, visiblemente enriquecido: la película Duende y misterio del flamenco, la Fantasía galaica, la Taberna del Toro… En todo caso, el ambiente cortesano de las Sonatas ‘solerianas’ -tan scarlartianas- sobresale por encima de su repertorio. En 1972, Antonio, como ya apuntamos, estrena su versión  de El sombrero de tres picos, construida a partir de la dramaturgia y la coreografía de Leonide Massine e íntegramente basadas en la danza  española más tradicional. En todo caso, la contribución de Antonio al ‘martinete’ -algo más que un palo flamenco-, evidencia el amplio horizonte que el gran bailarín abrió para futuras interpretaciones. Su filosofía podría resumirse en sus propias palabras: “Si la muerte me sorprendiera bailando, me gustaría morirme a ritmo de martinete”.

A la excelente labor de cuantos componen este espléndido Ballet Nacional de España, que ha puesto en valor el talento de sus componentes, hay que resaltar los nombres de su director, Rubén Olmo, así como del director musical, Manuel Coves, tan decisivo en el éxito del conjunto -soberbia actuación de LA ROSS- clamorosamente ovacionados a lo largo de las cuatro representaciones, con aforo completo, a cuyo éxito contribuyó, asimismo, el personal auxiliar del Teatro en una labor inestimable, nada fácil por lo demás.

MFR