La entrega de galardones, presidida por Carlos López-Fanjul, Premio de Genética 2009, tuvo lugar en el marco del VI Congreso de Mejora Genética de Plantas que concluyó ayer en Gijón.

Andrés Moya, Isabel Durán, Montserrat Aguadé, Carlos López-Fanjul y José Ignacio Cubero
Andrés Moya, Isabel Durán, Montserrat Aguadé, Carlos López-Fanjul y José Ignacio Cubero

Carlos López-Fanjul, Premio Nacional de Genética 2009 y catedrático de genética de la Universidad Complutense de Madrid presidió ayer la entrega de los IV Premios Nacionales de Genética, organizados por la Fundación Pryconsa y la Sociedad Española de Genética (SEG) que este año han recaído sobre los doctores Andrés Moya Simarro y José Ignacio Cubero Salmerón, en las categorías de investigación en genética básica e investigación en aplicaciones de la genética respectivamente. Los premios se entregaron en el marco del VI Congreso de Mejora Genética de Plantas que concluyó ayer en Gijón. La Fundación Pryconsa, ligada a las empresas Pryconsa, Coivisa e Isla Canela, y la SEG, han distinguido las contribuciones de Andrés Moya y José Ignacio Cubero en genética básica y aplicaciones de la genética con dos retribuciones económicas de 8.000 euros. La directora de programas de la fundación, Isabel Durán, agradeció durante su intervención “la generosidad de la comunidad científica en favor de la sociedad en momentos como el actual” y la voluntad de la fundación de “contribuir a la importante historia del desarrollo de la ciencia de nuestro país”.

El jurado de esta cuarta edición, encabezado por la presidenta de la SEG, Montserrat Aguadé Porres, Catedrática de Genética de la Universitat de Barcelona y galardonada en 2010 en la categoría de investigación en genética básica, ha elegido a los dos investigadores de entre 20 candidaturas presentadas. Aguadé señaló en su intervención que “los premios son uno de los activos más importantes con los que cuenta la SEG para dar a conocer a la sociedad el papel de los científicos y que se valore su labor,  y promover la investigación científica”.

 Andrés Moya ha sido premiado en la categoría de Genética básica “Por sus aportaciones innovadoras al conocimiento de la evolución de Drosophila y de los virus, la simbiosis entre bacterias y pulgones y la diversidad de las bacterias que pueblan nuestro cuerpo. Ha caracterizado poblaciones de virus y su transmisión por contagio, ha analizado los genomas celulares más pequeños y ha descrito la complementariedad metabólica entre distintos organismos. Ha transmitido su nivel de exigencia a colaboradores e instituciones científicas y ha publicado ensayos conceptuales e históricos sobre la evolución y otros problemas biológicos”. Moya, nacido en Xirivella (Valencia) en 1956, es Catedrático de genética en la Universidad de Valencia, y director del Centro Superior de Investigación en Salud Pública (CSISP) de la Consejería de Sanidad de la Comunidad Valenciana.

Moya aprovechó su intervención para destacar la correlación directa que ha existido históricamente entre la inversión de los gobiernos relacionada con el conocimiento y la innovación, y el crecimiento económico de los países. “Cuando otros países como Estados Unidos o Alemania han estado en crisis, han invertido más en conocimiento y no han rebajado la inversión de forma proporcional a otros campos. Sólo invirtiendo en investigación podremos lograr una economía basada en el conocimiento, innovación y competitividad”. El premiado agradeció a su esposa, la catedrática de genética e investigadora Amparo Latorre, su colaboración durante años, “sin la cual no podría haber sido hoy premiado”.

En la categoría de aplicaciones de la Genética, el jurado ha premiado a José Ignacio Cubero, “por su contribución a la mejora genética de plantas, especialmente las leguminosas de la agricultura mediterránea, que no han recibido la atención que merece su papel en la alimentación humana. Ha abordado problemas muy diversos, como la calidad, el rendimiento y la resistencia a enfermedades y plagas, y ha obtenido nuevas variedades cultivadas. Se destaca también su labor docente, personal y publicada, su impulso a la investigación agraria y la conservación de recursos genéticos en países africanos y asiáticos y su interés por la historia de la agricultura”. Nacido en 1939 en Puebla de Cazalla (Sevilla) Cubero es Catedrático de Genética de la Universidad de Córdoba.

En su discurso, Cubero agradeció a la SEG que premie la mejora de la agricultura, “labor que se lleva haciendo desde hace 10000 años y que no ocupa titulares”. Se dirigió a los nuevos mejoradores vegetales y destacó el papel fundamental que deben desempeñar desde este momento, “ya que de aquí al año 2050 vamos a ser 9000 millones de habitantes en el mundo y no existen más tierras que cultivar”. Los mejoradores, – dijo – deben ser capaces de percibir lo que va a venir, lo que es esencial para la vida humana”. El profesor Cubero señaló que la labor de mejora vegetal requiere de todo tipo de perfiles “de biotecnólogos a gente del campo”. Agradeció a su esposa María Teresa Moreno su labor como directora de su equipo de investigación, nacido hace 40 años e “integrado por instituciones tan diversas como el CSIC, la universidad o el ministerio de agricultura (posteriormente consejería de agricultura)”.

Además de la presidenta de la SEG, han integrado el jurado de la IV edición de los Premios Nacionales de Genética María Jesús Puertas Gallego y Nicolás Jouve de la Barreda, ex-presidentes de la SEG y catedráticos de Genética en la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad de Alcalá de Henares, respectivamente; Arturo Pérez Eslava, Catedrático de Genética de la Universidad de Salamanca; Joan Modolell Mainou, Profesor de Investigación del Centro de Biología Molecular, CSIC-Universidad Autónoma de Madrid; y los Premios Nacionales de Genética 2011, Enrique Cerdá Olmedo y Manel Esteller Badosa, Catedrático de Genética de la Universidad de Sevilla, y profesor de investigación del ICREA y director del programa de Epigenética y Biología del Cáncer del Instituto de Investigaciones Biomédicas de Bellvitge (IDIBELL) respectivamente.

Desde la primera edición de los Premios Nacionales de Genética en 2009, se ha incrementado el interés por parte de la comunidad de genéticos y científicos en general. Desde la primera edición de los Premios Nacionales de Genética en 2009, estos se han convertido en una referencia en el ámbito de la ciencia en España,  incrementándose el interés por parte de la comunidad de genéticos y científicos en general.

En la primera edición se premió a investigadores consagrados como Antonio García-Bellido, Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica y candidato al Nobel; Santiago Rodríguez de Córdoba, profesor de Investigación del CSIC en el Centro de Investigaciones Biológicas en Madrid y Cárlos López-Fanjul, catedrático de Genética de la Universidad Complutense de Madrid. Todos han creado escuela y tienen discípulos en universidades y centros de investigación nacionales e internacionales prestigiosos.

En la segunda edición fueron premiados los doctores Montserrat Aguadé Porres, actual Presidenta de la SEG y Catedrática de Genética de la Universitat de Barcelona; Montserrat Baiget Bastus, Directora del Servicio de Genética del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona; y Miguel Ángel Toro Ibáñez, Catedrático de Producción Animal de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos de la Universidad Politécnica de Madrid en las categorías de investigación genética básica, investigación genética humana, y mejora genética animal, vegetal y de microorganismos, respectivamente.

En la tercera edición fueron premiados los doctores Enrique Cerdá Olmedo, Catedrático de Genética de la Universidad de Sevilla y Manel Esteller Badosa, Profesor de Investigación ICREA (Institució Catalana de Recerca i Estudis Avançats) en el Instituto de Investigaciones Biomédicas de Bellvitge (IDIBELL) y Profesor Asociado en la Universidad de Barcelona en las categorías de investigación genética básica y de investigación en aplicaciones de la genética, respectivamente.