El futuro de los polígonos industriales pasa por su tematización. Ésta es una de las premisas del documento de avance del Plan para la revitalización de los espacios industriales de Sevilla, que prevé reformar de manera integral los obsoletos polígonos de la ciudad al amparo del nuevo PGOU. La concentración en una determinada área de empresas de un mismo sector favorece su actividad comercial siempre y cuando cuente con una adecuada proyección exterior, que es lo que se pretende en el proyecto de rehabilitación. Esta ubicación de un mismo sector en una zona común de la ciudad contará con dos primeros ejemplos muy concretos: un espacio del automóvil en la zona de la Carretera Amarilla y Montes Sierra y la concentración de la actividad textil en el polígono Aeropuerto.

La agencia urbana de promoción económica Sevilla Global, el ente municipal que asume la regeneración de los polígonos, ha ubicado esta zona de concesionarios de coches en las inmediaciones de la Carretera Amarilla, en el entorno de la SE-30 y la Avenida de Montes Sierra. El lugar elegido no es ni mucho menos casual. Actualmente se encuentran en los bordes de los polígonos Calonge, Carretera Amarilla y Su Eminencia-El Refugio una decena de establecimientos de gran tamaño de este sector, que cuentan además con buenas carreteras de acceso o se hallan cercanos a importantes vías de comunicación de la ciudad.

El Polígono Aeropuerto se convertirá en una concentración de empresas mayoristas de textil y confección. Uno de los principales objetivos de un cluster –que así se denomina en lenguaje económico a este tipo de agrupación sectorial– es promocionar hacia el exterior una imagen de marca común. Para este caso se ha buscado el nombre de Pletexa (Parque Logístico para la Distribución Textil de Andalucía), que pretende convertirse en el referente de este campo para toda la comunidad autónoma. En el Polígono Aeropuerto ya se ubican entre 30 y 40 firmas dedicadas a la venta al por mayor de material textil. Entre estas empresas se encuentran no pocas regentadas por familias de origen chino que al vender su mercancía por debajo de los precios habituales en la ciudad han reventado el mercado del textil. Este mismo mes, la Policía Nacional detuvo en el polígono a quince personas de origen chino acusadas de un delito de explotación de los trabajadores, un delito tristemente habitual en los talleres y en las naves de venta.