Una fiesta tradicional de hermanamiento entre naciones vecinas que todos los años recibe a 20.000 personas, muchas de ellas españolas
No solo de su belleza y singularidad vive Marvão, ciudad portuguesa situada en el Alentejo y a tan solo 16 kilómetros de la frontera con España, sino también de su hermanamiento con Valencia de Alcántara (Cáceres) y con todo el pueblo español. Y es que la Feria de la Castaña, la festividad reina de este municipio medieval que se celebra los días 10 y 11 de Noviembre, cumple su 29ª edición con unas estimaciones muy positivas. “Esperamos batir el record de visitantes españoles este año”, afirma José Manuel Pires, Concejal de Turismo de Marvão.
El turismo español supone el 35% del turismo en Marvão. Una buena parte de ese porcentaje tiene mucho que ver con la Feria de la Castaña. Y es que durante los dos días que dura la Feria, el municipio recibe a miles de visitantes provenientes de las localidades españolas colindantes (Valencia de Alcántara, Trujillo o Cáceres, entre otras) así como de Madrid, al coincidir dicha fecha con el Puente de la Almudena.
“Esperamos superar nuestro registro de visitantes españoles este año”, afirma José Manuel Pires, Concejal de Turismo del Ayuntamiento de Marvão, que añade que “la Feria de la Castaña es uno de los bastiones que tiene la villa para conseguir este objetivo, ya que miles de españoles vienen cada año no solo a pasárselo bien y a probar las excelencias culinarias de la región, sino también a hacer negocios con los restauradores y mayoristas locales”.
Un turismo que le gusta el buen comer, las vistas espectaculares de la meseta alentejana, edificios y fortalezas medievales que sorprenden por su gran estado de conservación y, sobre todo, las gentes amables y risueñas que acogen al visitante como uno más. Eso es Marvão, un núcleo urbano situado en lo alto de un promontorio de 865 metros de altitud, en medio de la meseta, cuyo recinto fortificado y castillo datan del siglo XVII y se mantienen, junto al resto de las casitas blancas del centro histórico, como si no hubiera pasado el tiempo. Incluso el tendido eléctrico se ha soterrado en su totalidad para no modificar el aspecto de la localidad.
Y su festividad reina no podía ser menos. Durante la Feria de la Castaña, un espíritu medieval recorre cada rincón de la villa. Charangas, juglares, puestos tradicionales de castañas asadas – de las que se consumen hasta seis toneladas- mercadillos de artesanía y gastronomía de la región, conciertos al aire libre… un sinfín de reclamos que transportan al visitante a épocas pasadas. Épocas en las que Marvão se ganó a pulso su denominación de ‘Muy noble y siempre leal villa de Marvão’.
Pero la modernidad también tiene su sitio en la Feria de la Castaña. Puestos de showcooking donde afamados cocineros elaboran creaciones propias a base de castañas, a la vista de todo el mundo que quiera, y pueda, emular los procesos de creación.
Un concurso entre los restauradores y particulares donde se premia el mejor plato gastronómico elaborado con la castaña como ingrediente, o conciertos de reconocidos grupos y solistas portugueses como Voodoo Marmalade, José Cid o Vozes de Nossa Terra fusionarán lo mejor de nuestros días en un entorno único e histórico.