Según los datos difundids ayer por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), el Producto Interior Bruto (PIB) generado por la economía española en el primer trimestre de 2004 ha registrado un crecimiento real del 2,8%, con respecto al mismo período del año anterior, ofreciendo un perfil suavemente acelerado. El crecimiento intertrimestral se sitúa en el 0,6%, una décima inferior a la del trimestre precedente.

Este crecimiento interanual es el más alto registrado desde el tercer trimestre de 2001 y uno de los más elevados de la Unión Europea. Asimismo, se confirma que, una vez más, la demanda interna y la construcción fueron los factores que más impulsaron el crecimiento económico, mientras que el sector exterior contribuyó de forma negativa, al crecer más las importaciones que las exportaciones.

La demanda interna aporta 3,8 puntos al crecimiento agregado. Esta cifra, siete décimas superior a la del período anterior, recoge el impulso combinado de la demanda de consumo y de la de inversión, especialmente en bienes de equipo y otros productos. Por su parte, la demanda externa neta ha incrementado su contribución negativa(–1 punto frente a –0,4 en el período precedente), como resultado del mayor
impulso de las importaciones respecto a las exportaciones.

El gasto en consumo final de los hogares y las Instituciones sin fines de lucro presenta un crecimiento interanual del 3,3%, tres décimas más que en el trimestre anterior. Nuevamente, continúa mostrándose especialmente dinámico el gasto en bienes duraderos. Por su parte, el consumo colectivo de las Administraciones Públicas
registra un crecimiento del 4,7%. La formación bruta de capital fijo muestra un crecimiento acelerado (3% frente a 2,5% en el periodo anterior)como resultado del tono más expansivo de su componente de bienes de equipo (1,6% frente a 0,1% del trimestre precedente).

Por su parte, la inversión en construcción sigue manteniendo un notable crecimiento (3,6%), cifra idéntica a la del trimestre anterior, lo que confirma la moderación de su ritmo de avance, debido al menor pulso de la obra en infraestructuras. Las exportaciones han registrado un crecimiento acelerado (4,1% frente a 1,8% en el período anterior). Asimismo, las importaciones también han acelerado su crecimiento
(6,7% frente a 2,7% en el trimestre precedente aunque en mayor cuantía. El resultado de ambas trayectorias es una contribución más negativa de la demanda externa neta al crecimiento del PIB. Los perfiles de crecimiento de los distintos sectores económicos muestran, en general, un tono expansivo. Así, las ramas agrarias y pesqueras aceleran su crecimiento, acompañadas por la industria y, notablemente, los servicios de mercado (3,3% frente a 2,4% en el periodo anterior). La rama de la construcción mantiene su vigoroso crecimiento (3,5%) mientras que, por el contrario, los servicios no orientados al mercado desaceleran suavemente su variación interanual.

El empleo, medido en términos de puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo, registra un incremento del 2,1%, estabilizando su ritmo de avance, lo que supone un incremento de 343 mil empleos netos. Los rasgos más destacables son el menor dinamismo de la construcción y la recuperación parcial del tono contractivo de las ramas industriales. El incremento de la productividad aparente del factor trabajo se sitúa en el 0,7%, una décima superior a la del trimestre anterior.