Seprotec Multilingual Solutions, empresa nacional con más de 20 años de experiencia en el sector lingüístico y de traducción en el campo de la propiedad intelectual y considerada una de las 40 empresas del sector mejores del mundo, considera que las pymes españolas se verían perjudicadas si se materializa la patente unitaria europea.

Según el director de Propiedad Industrial e Intelectual de SeproTec, Francisco Martín, “mucho se ha hablado sobre la patente unitaria europea y de sus ventajas competitivas con respecto al sistema actual, sobre todo en relación con el ahorro de costes a la hora de proteger una invención en todos los países europeos”.

“Sin embargo”, añade, “la patente unitaria europea no sería tan ventajosa para las Pymes españolas como pretenden hacernos creer, viéndose perjudicadas al restarles competitividad en el sector tecnológico, ya que ofrecerá ventajas competitivas a unos estados miembros con respecto a otros en función de su idioma”.

De hecho, la CEOE se ha manifestado en este sentido, no en contra de una patente unitaria, sino del sistema que se ha propuesto en la cooperación reforzada.

“La discriminación hacia las empresas españolas”, afirma Martín, radica en que “las solicitudes, a pesar de que podrán presentarse en español, deberán traducirse al inglés, francés o alemán por parte de las empresas españolas”.

“Igualmente”, continua, “toda la posterior tramitación, concesión, etc., debería realizarse solo en estos tres idiomas”. “Por otro lado”, añade el responsable de Propiedad Industrial e Intelectual de Seprotec, “en caso de conflicto, como por ejemplo,  defenderse frente a una infracción, todo el procedimiento se realizaría fuera de nuestras fronteras en alguno de los tres idiomas oficiales, siendo necesario contar con los servicios de abogados y expertos en dicho país con el ingente gasto añadido que esto le supone a una Pyme española”.

Si se hubiera querido abaratar al máximo la tramitación de la patente unitaria se habría optado por la solución propuesta de English only que no aceptaron ni Francia ni Alemania ya que perjudicaba sus propios idiomas. “Esta solución”, dice, “hubiera evitado la traducción a cualquier idioma y la utilización del inglés como lengua oficial”.

“Por encima de todo, España tiene que defender los intereses de nuestras empresas y, por qué no, de nuestro idioma, recordemos que el español es la segunda lengua con mayor número de hablantes nativos después del chino mandarín con muchos millones de ventaja con respecto al francés y al alemán”.

Martín añade que “para una empresa española la aprobación de la patente única europea supone un agravio comparativo con respecto a las empresas registradas en países en los que se hable cualquiera de los tres idiomas oficiales”.

“Más del 80 por ciento de la documentación científica y técnica se encuentra disponible únicamente en documentos de  patentes. Si eliminamos estas fuentes, se perderá la capacidad de difusión, crecimiento y evolución del español en este campo y nuestras empresas e investigadores tendrán que hacer un esfuerzo adicional por conocer el estado de la técnica en otros idiomas, con los  consiguientes costes añadidos que ello conlleva”, concluye.