Las vacunas a la carta contra los componentes moleculares que desencadenan la alergia en los niños que reaccionan ante más de un alérgeno son más eficaces que las tradicionales, y permiten mejorar los síntomas en un 40%, según los expertos reunidos en Ávila en el XXXVII Congreso de la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergia y Asma Pediátrica (SEICAP).  Para diseñarlas, es necesario un diagnóstico molecular por componentes, pero sólo unos pocos centros en España disponen de ello.

Niños descansando en el campo
Niños descansando en el campo

Los niños con asma, rinitis, conjuntivitis, alergia a las picaduras de abeja o avispa o al látex con síntomas intensos y que no responden bien a la medicación, suelen  tratarse con vacunas que administran pequeñas cantidades del alérgeno que provoca la alergia para que el cuerpo vaya poco a poco dejando de reaccionar ante él. “Con las vacunas se modifican los mecanismos de defensa del niño para volverle inofensivo frente al alérgeno. Resultan ser más eficaces para el paciente con una única alergia, pero cuando hay más de un alérgeno responsable se hace más complicado acertar y en el caso de los polisensibilizados la eficacia disminuye”, asegura la doctora Ana Martínez-Cañavate, coordinadora del Grupo de Inmunoterapia de la SEICAP.  

El diagnóstico por componentes estudia las moléculas responsables de la alergia desarrollada por el niño, “lo que permite indicar tratamientos de inmunoterapia personalizados y asegurar la tolerancia a las vacunas, incluso evaluar la posibilidad de curación o persistencia de la alergia o mala tolerancia a las vacunas, mejorando así su calidad de vida”, explica la doctora Martínez-Cañavate.  Un estudio de abril realizado en EEUU y publicado en la revista Discovery Medicine prueba como “la identificación de biomarcadores celulares y moléculas relevantes puede predecir la respuesta clínica a los tratamientos indicados para el asma”. Una de las conclusiones de la investigación es que “el diagnóstico y tratamiento individualizados pueden mejorar los resultados y la calidad de vida de los pacientes asmáticos”.

No hay vacunas a la carta para todos

Más del 80% de los niños que sufren rinitis alérgica están sensibilizados a más de un tipo de polen. Por otro lado, está demostrado que más del 20% de los menores que desarrollan alergia alimentaria en su primer año, van a padecer algún tipo de enfermedad alérgica a lo largo de la vida, según estimaciones de la SEICAP. El diagnóstico molecular está indicado para niños polisensibilizados, pacientes con pruebas cutáneas positivas a muchos alérgenos. Sin embargo, “no todos los centros hospitalarios de España tienen este método debido a su coste, que requiere además una amplia experiencia”, indica el doctor Marcel Íbero, presidente de la SEICAP.

El diagnóstico molecular permite también, “diagnosticar la alergia alimentaria y al veneno de los heminópteros, donde no está claro qué insecto es el responsable de la reacción”, explica la doctora Martínez-Cañavate. En el caso de los alimentos, se usa para valorar la evolución y comprobar si existe tolerancia cocinados o en crudo o va a presentar reacción general tras contacto accidental.

Este método sirve a  los alergólogos pediátricos para hacer una correcta interpretación de los alérgenos que provocan las reacciones: “Podemos encontrarnos con un niño que parezca que tiene varias sensibilizaciones y sin embargo sólo sea alérgico a una determinada proteína”, indica la doctora Martínez-Cañavate. El diagnóstico molecular es el paso final, tras una historia clínica detallada, seguida de unas pruebas cutáneas y una determinación de IgE específica a alergeno completo”, añade.