La medida del tiempo en nuestras vacaciones ha tenido un carácter diferente, el fluir en ese periodo hacia restablecer los ritmos naturales tendría que haber sido un objetivo en sí mismo. Ahora toca encontrarse de nuevo con los parámetros establecidos, con el reloj estructurado y con el vivir marcado por un ritmo que nos debe facilitar llegar a final de año lo más eficaces posible.

Ana María Herrero
Ana María Herrero

La expresión el “tiempo es oro” apareció para expresar que el tiempo es algo preciado en sí mismo. El tiempo es lineal, el minuto que pasa y no vivimos correctamente lo perdimos; el  hoy de las 9 de la mañana no es el mismo que el de ayer, ni será igual que el día de mañana. “Tempus fugit” decían los antiguos, es lo más certero, el tiempo, huye, pasa volando, estamos en verano, en Navidad, Semana Santa y vuelve el verano y no nos hemos dado cuenta. Así es el tiempo, fugaz y volátil; de nosotros depende si lo dominamos o nos domina. Si lo dominamos tenemos somos eficaces y será  quizá sea necesario organizar el tiempo para cada uno en particular. La gestión del tiempo es una técnica que ayuda al gestor a tener tiempo para todo lo necesario: trabajo, relax, relaciones sociales, para sus actividades de ocio, sus deportes. Debemos ser personas globales donde la sinergia sea una constante en nuestro vivir. Para que todo esto se haga realidad es necesario conocerse a fondo. Cada persona tiene su propio sistema. Y es que “el dominio del tiempo es el dominio de sí mismo”.

A continuación propongo varios puntos a tener en cuenta sobre la eficacia de nuestra gestión del tiempo.

1. Haz un diagnóstico sobre tu situación real de cómo transcurre tu tiempo.

Recoge datos sobre la realidad de tu tiempo, y  para ello, anota en una lista todas las tareas que realices durante al menos una semana.

Haz un análisis y descubre cuáles son los “ladrones” del tiempo. Un “ladrón del tiempo” es toda acción o actividad que te lleve mucho más tiempo del que hubieras deseado en vista del resultado obtenido. Lo son:

l Falta de objetivos, prioridades y planificación.

l Interrupciones telefónicas o visitas inesperadas.

l Reuniones ineficaces.

l No sacarse los papeles de encima o burocracia aceptada. Con los papeles utilice el método STAR, Solucionar, Tirar, Archivar y Remitir a otra persona.

l Querer hacerlo todo uno mismo y no delegar.

l Incapacidad para decir “no”.

2. Focalízate ahora en lo profesional.

Redefinir la misión principal del puesto de trabajo o qué es lo que se debe conseguir por la retribución económica. Conocer con claridad que tengo que hacer, cual es la misión de mi puesto de trabajo. Por ejemplo, así podría ser un enunciado de la misión principal del puesto de director general:

“Conducir los negocios de la empresa, establecer las directrices necesarias para el buen desarrollo de las actividades y velar por la aplicación de las políticas aprobadas por el consejo de administración. Planificación de actividades para asegurar el crecimiento de la empresa manteniendo los intereses del personal, del cliente y de los accionistas.”

3. Realiza tu plan de mejora estableciendo y escribiendo prioridades anuales y mensuales en función de necesidades.

4. En función de la misión, establece los objetivos en relación al plan de mejora.

5. Identifica de qué forma pueden ser boicoteadas tus prioridades y objetivos y busca soluciones alternativas para cumplir con su misión.

6 Escribe tu planificación semanal y mensual incluyendo objetivos prioridades y tareas concretas. Realiza cada día un programa y, dedícate a lo realmente importante, no permitiendo interrupciones en estas tareas bajo ningún concepto.

7. Date un premio, cuando consigas integrar eficazmente, tu tiempo para el trabajo, personal y familiar.

Por último os dejo el enlace de un blog sobre productividad personal, donde Jeroen Sangers aporta su particular forma de entender la gestión del tiempo http://canasto.es.