Cuando hace cinco años comenzaba a hablarse de recesión económica en nuestro país la mayoría ciudadana poco podía sospechar que ya estábamos inmersos en una espiral que llevaría a España y, especialmente a Andalucía, a una situación de emergencia social debida, sobre todo, a los recortes y reformas injustas e indiscriminadas del gobierno que han pretendido acabar de un plumazo con los derechos, la igualdad, la justicia y el estado social excusándose en que la salida de crisis requería medidas drásticas. Casualidades o no, esas medidas han ido siempre en perjuicio de los mismos, los trabajadores y trabajadoras, que en este tiempo han visto cómo se perdían sus puestos de trabajo y han engrosado las listas del paro hasta alcanzar la dramática e impensable cifra de los seis millones de personas desempleadas, un millón y medio de ellos en Andalucía. Recortes y pérdida de puestos de trabajo, de salarios y de derechos que nos llevan a un camino hacia la perdición de las conquistas logradas del que solo conseguiremos salir a través de un compromiso serio y estable del conjunto de la sociedad, especialmente de las administraciones y de los agentes económicos.

Compromiso y rebelión, como sindicato, como sociedad civil, y como ciudadanos y ciudadanas para exigirle al nuevo equipo de gobierno de la Junta que haga lo mismo ante el gobierno central y saque pecho por Andalucía exigiéndole que cambie el tope de déficit con respecto a la financiación de las Comunidades Autónomas en los próximos Presupuestos Generales del Estado porque con el actual es imposible hacer políticas que generen empleo y solo fomenta el recorte de derechos.

Tampoco puede quedar pasivo el gobierno andaluz ante el debate sobre modelo de estado y obviar lo que sucede en otras zonas del país, donde los movimientos nacionalistas generan presión como ya sucedió en otros momentos y provocan incertidumbre en la cohesión social y territorial de nuestro país, anteponiendo el interés particular frente al general.

Francisco Carbonero
Francisco Carbonero

Es cierto que en ambas cuestiones el gobierno andaluz tiene limitaciones competenciales y tendrá que dar un paso al frente para ocupar el espacio que a Andalucía le corresponde en el Estado y  reivindicar un trato igualitario ante el gobierno de España. Pero hay otras cuestiones, como la articulación y puesta en marcha de una renta básica ciudadana que amortigüe el drama de no tener nada, y la creación de un programa extraordinario de Políticas Activas de Empleo que recupere el profundo recorte que ha sufrido nuestra comunidad en esta materia, a las que la Junta puede dar cumplimiento y que además forman parte del ‘Acuerdo para el Progreso Económico y Social de Andalucía’.

Las reformas y recortes han ido dejando un reguero de destrucción de derechos, de servicios públicos esenciales y de empleo que hacen urgente buscar caminos alternativos para salir de la crisis. De lo contrario, España y Andalucía volverán a la época en la que las personas trabajaban poco más que por la comida.

Uno de los objetivos estratégicos aprobado en el XI Congreso de CCOO de Andalucía ha sido el de transformar nuestro tejido productivo sustentado sobre todo en los sectores de la construcción y los servicios, que con la crisis se han convertido en máquinas expulsoras de trabajadores a las listas del paro o, en el mejor de los casos, en un hormiguero de contrataciones precarias y abusivas.

El gobierno central dice ahora que los indicadores son positivos y habla de buenas perspectivas para un futuro a medio plazo, pero en CCOO no miramos los indicadores económicos a los que se refiere el PP, los nuestros los marcan el drama de las personas que cada día llegan al sindicato porque han perdido su trabajo, su prestación, su vivienda y su futuro.

Andalucía no puede estar en ese camino hacia la perdición y para evitarlo se hace imperiosa la necesidad de poner en marcha un plan de emergencia para nuestra comunidad en el que la creación de empleo y la protección de las personas en paro sean prioridad absoluta en la agenda de trabajo de la Presidenta y del gobierno. Un plan en el que las inversiones reserven una cuota de contrataciones a personas que ya han agotado sus prestaciones y no cobran nada de manera que puedan ir volviendo al mercado laboral del que tan injustamente han sido expulsadas.

Sería de mucha ayuda para la elaboración de ese plan hacer balance de los resultados de cada uno de los planes que se han puesto en marcha hasta ahora en materia de empleo para evaluar su impacto real y tomar medidas en consecuencia.

En Andalucía no tenemos un problema de empresas sino del tamaño de las mismas, por lo que hay que aumentar su tamaño y apostar, entre otras cosas, por impulsar la creación de clusters para cambiar la economía especulativa actual por una economía productiva y más competitiva que sitúe a nuestra comunidad en el buen camino, en el de la salida de la crisis sin pisotear los derechos sociales y laborales. Eso no podrá hacerse hasta que no haya un cambio de mentalidad en el sector empresarial.

Andalucía necesita volver a mirar hacia los sectores primarios como la agricultura, la pesca o la minería como fuentes de reactivación económica y de generación de empleo, pero debe cubrirse el ciclo integral, es decir, la producción, extracción, manipulación, transformación y comercialización de nuestros productos, para multiplicar nuestra capacidad competitiva y aumentar los nichos de mercado para la generación de empleo. Esto no es incompatible con fortalecer sectores más avanzados tecnológicamente como el aeronáutico, el de energías renovables o el de un turismo de calidad,

Son tiempos difíciles pero no podemos caer en la desidia ni la desesperanza porque la queja, las lamentaciones y la conformidad no llevan a ninguna parte o, al menos no a una salida de la crisis que sea capaz de pasar por encima del miedo que ha instaurado el gobierno central en el bando de los trabajadores y trabajadoras. Es el momento del compromiso, de la rebeldía y de la acción porque el miedo no tiene amigos y, antes que después puede cambiar de bando.

Francisco Carbonero Cantador, Secretario General de CCOO de Andalucía