El comisario de desarrollo de la UE, Andris Piebalgs, durante una visita conjunta a la región del Sahel con el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki Moon, el presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, el presidente de la Comisión de la Unión Africana, Nkosazana Dlamini-Zuma, y el presidente del Banco Africano de Desarrollo, Donald Kaberuka, anunciará probablemente hoy nuevos fondos de la UE, de cuantía significativa, en favor de la región del Sahel para el período de 2014 a 2020.

Este nuevo compromiso pone de manifiesto la voluntad de la UE de aplicar un enfoque global en la región del Sahel, que abarque los ámbitos de la cooperación al desarrollo, la ayuda humanitaria y el apoyo a la paz y la seguridad, como refleja la estrategia de la UE de seguridad y desarrollo para el Sahel y el nombramiento posterior de un representante especial de la UE para el Sahel, Michel Reveyrand de Menthon, que acompaña al comisario Piebalgs durante la visita.

Esta ayuda, de unos 5 000 millones de euros, a Burkina Faso, Mali, Mauritania, Níger, Senegal y Chad (a reserva de la aprobación del Parlamento Europeo y del Consejo Europeo) tendrá por finalidad ayudar a dichos países a afrontar los retos específicos y complejos de la región del Sahel, a saber, seguridad y estabilidad y desarrollo y resiliencia. La gobernanza, el Estado de Derecho y la seguridad, la prestación de servicios sociales, la agricultura y la seguridad alimentaria, así como el comercio y la integración regionales, constituirán el núcleo de los programas de desarrollo para el período 2014-2020. Los sectores principales se han determinado conjuntamente con los países beneficiarios y están en consonancia con el Programa para el Cambio (el modelo de la Comisión que centra su ayuda en los países y sectores más necesitados).

El Comisario Piebalgs ha declarado: «La región del Sahel es una prioridad para la UE y en ella utiliza todos sus instrumentos para hacer frente a una situación compleja. Estamos decididos a continuar y aumentar nuestro apoyo tanto a los Estados como a la población del Sahel. Nuestro enfoque se basa en el principio de que la seguridad es un requisito previo para el crecimiento: sin ella no hay desarrollo».

La visita conjunta de alto nivel (la primera en la que participan cinco líderes de las instituciones multilaterales y organizaciones más activas en el ámbito de la seguridad y el desarrollo en el Sahel) empieza hoy en Mali y continuará en Níger, Burkina Faso y Chad, e incluirá reuniones con presidentes, ministros, miembros de las asambleas nacionales, líderes de los grupos de la sociedad civil y representantes del sector privado en la región. El comisario ha añadido: «Me alegra mucho que se hallen presentes tantos socios importantes; ello demuestra el nivel de compromiso que todos tenemos para trabajar juntos y coordinar nuestros esfuerzos.».

Se prestará también ayuda humanitaria según las necesidades. La UE comprometió 500 millones de euros de financiación humanitaria en favor de la región del Sahel de 2008 a 2013. En 2013, 5,5 millones de personas en situación de inseguridad alimentaria se beneficiarán de ayuda.

Esta visita supondrá ser también un nuevo impulso a la asociación internacional en favor de la resiliencia en la región del Sahel (Alianza Mundial para la Resiliencia – AGIR -), que se puso en marcha con el fin de ayudar a los países socios a abordar las causas y las consecuencias de la inseguridad alimentaria crónica.

Contexto

Los 5 000 millones de euros de la ayuda incluyen 3 900 millones de euros para ayuda bilateral a los países del Sahel (Burkina Faso, Chad, Mali, Mauritania, Níger y Senegal) con cargo al 11º Fondo Europeo de Desarrollo (FED) para el período 2014-2020, así como otros importes procedentes de otros instrumentos financieros, especialmente 1 150 millones de euros de los programas regionales.

Estrategia de seguridad y desarrollo

El Sahel es una de las regiones más pobres del mundo y es especialmente vulnerable a la mayoría de las plagas que obstaculizan la autoridad estatal y la capacidad de los Estados de prestar eficazmente servicios básicos, fomentar una participación política de base amplia y consolidar el Estado de Derecho.

Desde marzo de 2011, la UE ha venido aplicando una estrategia integrada para la seguridad y el desarrollo en la región, que se articula en torno a cuatro líneas de actuación: 1) desarrollo, buena gobernanza y solución de conflictos internos; 2) acción política y diplomática; 3) seguridad y Estado de Derecho; 4) lucha contra el extremismo violento.

Esta estrategia ha resultado ser una herramienta muy valiosa para configurar una posición y un enfoque comunes de la UE respecto a esta crisis y para conseguir una movilización europea adicional considerable en el ámbito del desarrollo y la seguridad, así como para galvanizar esfuerzos y coordinación interna con ese fin. A modo de ejemplo, cabe señalar la puesta en marcha en la región en sentido amplio de tres misiones importantes de la Política Común de Seguridad y Defensa (o PCSD): primero, la EUCAP Sahel Níger, luego la Misión de Formación de la Unión Europea en Mali (EUTM) y la Asistencia y Gestión de la UE de las Fronteras (EUBAM) en Libia como país fronterizo con la región del Sahel.

Además, la UE ha movilizado recursos financieros adicionales para proyectos relacionados con el desarrollo y la seguridad por valor de 167 millones de euros. Actualmente, esta estrategia sigue siendo la base adecuada de la actuación de la UE, y será importante para ampliar el alcance de la actuación a otros países del Sahel, como los que limitan con Mali, Mauritania y Níger. No obstante, conviene interpretarla y adaptarla a fin de ayudar a los socios de la UE en la región del Sahel-Sáhara en sentido amplio a afrontar retos importantes de seguridad y desarrollo y coordinar las actuaciones y la ayuda internacional.

Asimismo, la UE ha realizado una aportación sustancial a la construcción de redes de infraestructuras en la región con sus socios y contribuirá a mejorar significativamente la gobernanza y la gestión de la red de transportes existente. Un resultado importante sería conseguir movilizar recursos y un efecto multiplicador de las inversiones en la región mediante la combinación de subvenciones y préstamos.