Cabify, la start-up española que ofrece vehículos con chóferes privados a través de una app o la web, acaba de publicar el “Estudio Socio-Económico de Movilidad Urbana en Madrid”, bajo el que analizan el entorno de mercado de taxis y de arrendamiento de vehículos con conductor (o VTC). Una de las alternativas que propone este estudio para poder solucionar la actual situación de este sector y facilitar su adaptación al nuevo consumidor, sería gestionar una regulación más competitiva que permitiera que ambos servicios operaran con total normalidad, eliminando las restricciones.

Si se consigue una mayor flexibilidad, esto permitirá una fuerte diferenciación entre los operadores, lo cual tendrá como consecuencia una mayor calidad en el servicio, beneficiando a los usuarios. Así los consumidores tendrían la posibilidad de ampliar sus opciones para el desplazamiento dependiendo de la necesidad que tengan en cada momento, al igual que poder elegir entre las más competitivas del mercado.

Las principales consecuencias de esta crisis han sido la constante caída de la demanda, junto con el fuerte aumento del precio del combustible (más de un 60% desde 2009), las dificultades para el acceso al crédito para la renovación de flotas y el incremento de la presión fiscal.

Taxi
Taxi

Llegados a este punto, el sector de la movilidad urbana está experimentando un proceso de reinvención. “En la actualidad, en España han surgido muchas aplicaciones móviles, así como tarifarios nuevos con precio cerrado y nuevos modelos de negocio. Incluso la calidad del servicio se está viendo también autorregulada por la dinámica del mercado y está mejorando dramáticamente”, afirma Juan de Antonio, CEO de Cabify.

Dimensión de la oferta dentro y fuera de España

Los datos analizados en el estudio demuestran que existen unas diferencias abismales entre el número de autorizaciones de taxi y VTC. En el caso de Madrid, de los más de 16.000 vehículos existentes, más del 95% son taxis, mientras los VTC representan poco más de un 4%. La situación es parecida en Barcelona, donde hay casi 13.000 vehículos, de los cuales más del 96% son taxis y algo más de un 3% son VTC.

En comparación con otras ciudades importantes, las cifras cambian bastante. Por ejemplo, en París existen más de 18.000 vehículos, de los cuales casi el 90% son taxis mientras que los VTC acumulan más de un 10%. Al otro lado del Atlántico, en Nueva York, hay más de 63.000 vehículos, donde la proporción más importante es la de VTC con más de un 79%, mientras que los taxis apenas suponen un 21%. Por último, en Londres, existen 82.000 vehículos, y, al igual que pasa en Nueva York, los VTC tienen el mayor porcentaje con un 73,17%, dejando a los taxis con un 26,83%.

A diferencia de lo que ocurre en España, en estos mercados, los servicios más personalizados prestados por operadores de VTC toman mayor protagonismo entre los consumidores.

Regulación del sector del taxi y de actividad VTC

El estudio de Cabify pone de manifiesto las restricciones a la competencia, que afectan tanto al acceso como al ejercicio de la actividad del sector del taxi, debido a la intervención de la Administración, tanto a nivel autonómico como local. En la Comunidad de Madrid, por ejemplo, el Ayuntamiento mantiene congeladas la concesión de nuevas licencias. Esto implica que, para obtener una licencia de taxi, la única manera de hacerlo es comprársela a un conductor que quiera venderla, pagando un alto precio que termina trasladándose al consumidor. De hecho, la repercusión del coste de la licencia de taxi puede alcanzar un 15% de la tarifa total que se paga por un trayecto.

En cuanto a los VTC, la regulación actual establece que la proporción debe ser de un VTC por cada 30 taxis y prohíbe tanto la circulación por vía pública para captar clientes, como la recogida de usuarios que no hayan contratado los servicios con antelación. Además, los vehículos no pueden llevar publicidad salvo la relativa a su condición de servicio público. Una regulación que no está enfocada a beneficiar al consumidor, sino a mantener el status quo del sector.

Esto demuestra que uno de los principales problemas radica en el establecimiento de un número máximo de operadores autorizados a realizar el servicio de transporte, impidiendo la entrada a nuevos operadores y la libre competencia.

Cabify, la alternativa de transporte

Cabify, a través de su plataforma online, presenta una solución al problema de la movilidad urbana, ofreciendo un servicio diferenciado a un precio muy asequible. La demanda actual de transporte ha sufrido una evolución y ahora persigue nuevas formas de traslados en la ciudad, por ello, esta start-up española cuenta con vehículos de diferentes gamas, cubriendo así todos los tipos de necesidades.

La empresa está teniendo un auge notable dentro del sector de las start-up, y esto hace que grandes compañías y fondos de inversión extranjeros hayan querido formar parte del éxito de Cabify. Ejemplo de ello han sido las recientes inversiones de los hermanos Winklevoss y de Amadeus Ventures, el fondo creado por el proveedor tecnológico para respaldar el desarrollo de proyectos innovadores en la industria del viaje, en el caso de Cabify, especialmente el corporativo.

La empresa, que a principios del mes de Junio lanzó Cabify Lite, una nueva gama de vehículos con chófer un 20% más barato que el taxi,, está experimentando un incremento exponencial en la demanda de dicho servicio por los usuarios, así como en las peticiones por parte de taxistas para pasarse a la nueva categoría Cabify Lite.