Durante los 12 meses de 2015, la marca especializada en la venta de todo lo relacionado con el más popular derivado del cacao va a vender una piruleta de chocolate con leche con forma de varita mágica –que es una parte de la imagen corporativa que comparten ambas– cuyos beneficios van a destinarse íntegramente a satisfacer los fines de esta organización, y ayudar de ese modo al mayor número posible de niños con enfermedades crónicas o de mal pronóstico.

La Fundación Pequeño Deseo, cuya misión es hacer realidad, a través de la prescripción médica, los deseos de niños y adolescentes (de 4 a 18 años) con enfermedades crónicas o del mal pronóstico, con el único objetivo de proporcionarles una alegría que les ayude a sentirse mejor anímicamente, mantiene que «a veces, cumplir el deseo de un niño puede ser su mejor medicina». Esta organización aconfesional corre con todos los gastos derivados de hacer realidad dichos deseos, si bien recoge donaciones privadas para poder cubrir el mayor número posible de casos. En este sentido se enmarca la iniciativa de Fantasía de Chocolate. La marca creada hace siete años y medio por Paloma Jareño, y que promociona la venta de todo lo relacionado con el más popular de los derivados del cacao, ha puesto en marcha una iniciativa solidaria coincidiendo con el lanzamiento de una campaña de anuncios televisivos en los que una pareja de niñas convierten en comestible, gracias a la magia de sus varitas, todos los objetos de su cuarto de juegos (youtu.be/ndNYppGNOQA) «La idea ha sido producir dicha varita, en chocolate con leche, y promocionar su venta para destinar todos los beneficios que proporcione a la Fundación Pequeño Deseo», explica Paloma Jareño, quien a su vez expone el suyo: «A mí personalmente, me encantaría que algún mago se uniera a esta iniciativa, y dedicase un momento de sus espectáculos a hacer algún truco con esta varita. No sé si podría “apadrinar” el proyecto, de alguna manera, pero sería bonito». El precio de esta varita, de la que se han producido inicialmente un millar de unidades, es de 2,50€ y ya se encuentra a la venta en las tiendas de la cadena Fantasía de Chocolate. «Me gustaría que otras tiendas se uniesen a la iniciativa, y ver si estarían dispuestas a colaborar desinteresadamente; pero no sé si aceptarán, puesto que lo único que ganarían es esa satisfacción íntima de estar ayudando a los niños enfermos. Aun así, hago un llamamiento para que la gente se anime a participar, y quiera tenerlas en sus establecimientos», concluye esta animosa emprendedora