Hablamos con José Ignacio Berdún, CEO de Thermibody, una startup ubicada en el espacio Andalucía Open Future de Sevilla que ha creado un body que permite controlar la temperatura de los bebés

Entrevista José Ignacio BerdúnAgenda de la Empresa: ¿Cómo surge la idea?

José Ignacio Berdún: La idea surge de un padre que es ingeniero de Telecomunicaciones. Una noche, su hijo de 2 años está malo con fiebre y él lleva una trayectoria de trabajo en hospitales con historia clínica y está muy metido dentro del mundo sanitario como ingeniero. Esa noche se plantea, cuando su hijo se va a dormir, que necesitaba saber su temperatura sin tener que ir a vérsela continuamente porque sabía que le iba a subir la fiebre y quería tenerlo controlado. A partir de ahí, hace dos años, empezamos a buscar tecnología, a realizar pruebas y tras un proceso largo y con muchas versiones, hemos conseguido un producto súper estable, prácticamente listo para salir al mercado.

A.E.: ¿Cómo ha sido la evolución del producto?

J.I.B.: Lo que hacemos es que partimos de un body normal al que incorporamos un sensor clínico, que conocíamos por nuestro trabajo en hospitales, y a partir de ahí, hacemos lo mismo que hacen las máquinas de monitores que hay en las unidades de neonatos, pero, en lugar de hacerlo en una máquina muy grande, esa medición la hacemos en una placa muy pequeñita y la enviamos por Bluetooth 4.0 a un teléfono móvil. En el lado del móvil hemos desarrollado una aplicación que permite ver la temperatura en tiempo real de manera muy simple, muy intuitiva, pensado para que cualquier usuario lo pueda usar sin ninguna dificultad. Además, que es la gran ventaja, permite configurar una alarma para que, si se supera cierto umbral, también configurable, el móvil nos avise de que la temperatura ha superado esos grados. Sobre todo, es seguridad para el bebé y tranquilidad para el padre.

A.E.: ¿En qué consiste el producto?

J.I.B.: El producto son dos piezas: el body sensorizado y el corazón. El body es de algodón 100% orgánico hipoalergénico del gramaje más alto que existe para que el niño no pueda tener ningún tipo de reacción alérgica. Ese body incorpora un sensor clínico que se usa en los hospitales y que se fija a través de una silicona de grado médico. Además, es lavable. Y por otro lado, está el corazón, un pequeño disco de 5 centímetros de diámetro de goma que es el que lleva la pila y se conecta con cuatro broches al body. Al conectar esos broches, aunque parezca magia, dentro lleva un circuito flexible que hace que todo empiece a funcionar. Cuando se desconecta del body es el equivalente a si hubiéramos quitado un interruptor. Además, el corazón es para siempre.

A.E.: ¿Hasta qué edad se puede usar?

J.I.B.: Tal cual está conferido, va de 0 a 2 años, pero es verdad que tenemos la patente, no solo del body, sino de cualquier prenda interior que tenga este sistema que nosotros hemos inventado. Por lo tanto, en un futuro pensamos hacer este sistema para personas mayores, personas con discapacidad… para incorporar otro tipo de sensores. El sistema no solo mide la temperatura; está diseñado para que pueda ir creciendo sin tener que hacer ningún cambio, dependiendo del sensor que lleve el body o la prenda interior, si es un adulto.

A.E.: ¿Y la seguridad del bebé?

J.I.B.: El principal factor que se ha tenido en cuenta en el diseño ha sido la seguridad del bebé, siempre. Por cuestiones de ergonomía, el dispositivo es muy cómodo. Mi hijo pequeño, que tiene un año y medio, lo ha tenido toda la noche puesto sin problemas; ha dormido muy tranquilo y sin notar nada. Al principio intentó quitárselo y no pudo, pero después se acostumbró a tener el corazón en el body y sin problemas. En cuestiones de comodidad, confort, ergonomía… la prueba de fuego la pasa. Todo se ha tenido en cuenta, hasta el detalle de no usar de momento ningún tipo de batería recargable porque no nos dan el 100 por cien de confianza. Por lo tanto, estamos usando pilas con una duración de entre 150 y 200 horas de uso.

A.E.: ¿Quiénes conforman Thermibody?

J.I.B.: Actualmente en el equipo hay nueve personas donde somos fundamentalmente ingenieros en telecomunicaciones, electrónica e informática, pero también tenemos economista, un abogado, y una parte fundamental, la parte médica: una médica que actualmente es jefe de pediatra y también un enfermero, responsable del bloque quirúrgico de un hospital privado. Además, es importante que parte del equipo promotor somos padres. Hacemos un producto diseñado por el usuario y estamos en contacto directo con el mercado.

A.E.: ¿Cuál es vuestro público objetivo?

J.I.B.: Principalmente son los padres y madres primerizos, que tienen un mayor desconocimiento del comportamiento de su bebé y por el rango de edad, son personas muy habituadas a la tecnología. Eso, unido a la situación de estrés de un padre primerizo donde cualquier ayuda es poca, hace que sea el principal cliente potencial de nuestro producto. Y luego, es importante un segundo grupo que inicialmente no conocíamos. Hay determinadas enfermedades y patologías de los niños relacionadas con la temperatura, como el síndrome de convulsiones febriles, que se da en bebés de 1 a 5 años que, cuando superan los 38 grados, empiezan a convulsionar casi al nivel de un ataque epiléptico y en muchos casos incluso pierden el conocimiento. Entonces, Thermibody es una muy eficaz forma de anticiparse a estos problemas y casi se convierte en una necesidad.

A.E.: ¿La información se puede enviar a diversos dispositivos?

J.I.B.: Actualmente permite que un body esté conectado a todos los dispositivos que queramos a través de una aplicación disponible para Android y para iOS. El único requisito es que tenga Bluetooth 4.0, que lo traen ya todos los teléfonos de gama media y alta desde hace un par de años. Además, en una siguiente versión vamos a permitir que se pueda monitorizar desde el mismo terminal varios bodies. Y una tercera fase, lo que nos gustaría es incluso tener un acceso remoto. Además, el body tiene una capacidad de memoria interna inicialmente prevista de 8 horas de manera que, si perdemos la conexión, cuando volvamos a recuperarla, de forma automática se nos van a descargar las últimas 8 horas.

A.E.: ¿Cuándo saldrá al mercado?

J.I.B.: No se hará hasta que no entre un inversor, con el objetivo de poder pasar de un producto producido en pequeñas cantidades a un producto de venta masiva, que es lo que pretendemos. Nuestros puntos de ventas principales serían las farmacias, tenemos muchas interesadas; también tenemos un canal de venta online en nuestra web; y un tercer punto son tiendas físicas de artículos de puericultura principalmente.

El precio de venta previsto es de 69,95 euros el pack inicial, que incluye el corazón y dos bodies de una misma talla y luego, los bodies sueltos se venderían en torno a los 15 euros.

A.E.: ¿Cuáles son vuestras perspectivas de futuro?

J.I.B.: Lo que pretendemos es hacer una plataforma multiservicios. Queremos un body evolutivo e inteligente que cada vez sea capaz de medir más cosas, pero con sentido. No considero necesario tener monitorizado a un bebé en casa como si fuera una UCI, porque si eso fuera necesario me lo llevaría directamente allí. Tenemos muy claro que queremos ser simples, que sea algo muy práctico porque hemos detectado que es un producto que hace falta. En el futuro va a evolucionar, pero con sentido. Por ejemplo, no vamos a medir el nivel de oxígeno en sangre, como hacen otros, pero sí la posición del bebé. ¿Y quién nos dice qué es o no interesante? No los ingenieros, sino nuestra pediatra y nuestro enfermero que están con nosotros en el proyecto. Tenemos nuestros asesores médicos, que son los que hacen que el producto evolucione por un camino o por otro.

 

Inmaculada Sánchez