El Banco de España ha señalado que el PIB crecería este año un 2,7%, “con un perfil ligeramente decreciente a lo largo del año”, y un 2,3% en 2017 según su último boletín económico.

En comparación con las proyecciones precedentes, publicadas en diciembre del año pasado, el crecimiento esperado del PIB para 2016 se ha revisado a la baja en una décima, mientras que la tasa de inflación ha sido rebajada en 0,8 puntos porcentuales.

Para el organismo, las proyecciones presentadas “dibujan un escenario central favorable para la actividad de la economía española. Sin embargo, el balance de riesgos en torno a este escenario ha empeorado apreciablemente en los últimos meses”.

Así, señala que en el ámbito externo, las recientes tensiones en los mercados financieros internacionales “han puesto de manifiesto las debilidades a que se expone el crecimiento mundial y, en particular, la fragilidad de algunos mercados emergentes”. Asimismo, la intensificación de las tensiones geopolíticas en diferentes áreas representa una fuente adicional de riesgo para la economía mundial.

Desde el punto de vista interno, las dudas acerca del curso futuro de las políticas económicas “podrían incidir negativamente” en las decisiones de gasto de los agentes privados, especialmente si la actual situación de incertidumbre política se prolongase en el tiempo.

Para el Banco de España, reducir la incidencia de estos riesgos requiere priorizar tanto la culminación del proceso de consolidación fiscal, que “resulta esencial” para mantener la confianza, como perseverar en la aplicación de las reformas estructurales que reduzcan las vulnerabilidades de la economía española y permitan mejorar su capacidad de crecimiento futuro.