Tamaño e internacionalización son las dos asignaturas que tienen aún pendientes las empresas creadas por mujeres, según se ha puesto de relieve durante la jornada “Mujer y Emprendimiento”, que ha sido organizada por la Cámara de Comercio de España y el Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades.

La vicepresidenta del gobierno en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría y el presidente de la Cámara de Comercio de España, José Luis Bonet, fueron los encargados de inaugurar la jornada, que ha reunido a más de 150 emprendedoras españolas.

soraya-saenz-de-santamariaPara dar respuesta a estos dos problemas, el programa de Apoyo Empresarial a las Mujeres (PAEM), creado en el año 2000 por la Cámara de España y el Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades y cofinanciado por el Fondo Social Europeo, va a poner en marcha nuevas medidas para orientar a las emprendedoras hacia la venta en mercados extranjeros.

De este modo se contribuirá a mejorar la tasa de supervivencia de las empresas que, en el caso del PAEM, está muy por encima de la media nacional.  La tasa de supervivencia de las empresas creadas a través del PAEM se sitúa en el 80% a los dos/tres años desde su creación, cuando la media española, según datos del INE, se sitúa en el 52%.

Durante la inauguración, Sáenz de Santamaría destacó que las mujeres representan sólo el 30% del total de empleadores en España y el 34% de los autónomos. “No obstante, ese porcentaje se va incrementando sustancialmente a medida que los grupos de edad son cada vez más jóvenes”, resaltó, poniendo de manifiesto que las empresas que crean las mujeres “son más resistentes a las dificultades, ya que nueve de cada diez trabajos autónomos perdidos durante la crisis estaban ocupados hombres”. Por último, la vicepresidenta cerró su intervención afirmando que el nuevo modelo económico demanda las potencialidades que tiene la mujer: capacidad organizativa, empatía, flexibilidad y productividad.

Por su parte, el presidente de la Cámara de Comercio de España puso de relieve que la emprendedora española percibe pocas oportunidades para la puesta en marcha de una empresa, aunque se siente muy capacitada para ello. “Nuestro objetivo” ha declarado, “no consiste sólo en remover los obstáculos materiales -como facilitar los trámites para la creación de una empresa o acompañar a la emprendedora en la búsqueda de financiación-, sino también los intangibles, aquellos que tienen que ver con la percepción que la sociedad tiene de los empresarios”.