Dos mil millones de personas, dos tercios de los que trabajan en el mundo, lo hacen sin contrato y sin derechos, o sufren discriminación, o reciben una remuneración muy por debajo de sus capacidades, o están sobreexpuestos a accidentes o enfermedades laborales, o carecen de protección social, o padecen todas esas deficiencias a la vez.

Así lo ha señalado en su informe sobre el Estado del Trabajo Decente en el Mundo la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que señala que el 75% de la población mundial no tiene una cobertura adecuada de seguridad social y más del 50% carece por completo de dicha cobertura.

Otros datos que aporta el documento es que casi doscientos millones ni siquiera tienen trabajo, de ellos 71 millones de jóvenes lo buscan y no lo encuentran. “Mientras todos esos millones de jóvenes y adultos buscan un trabajo sin encontrarlo, casi otros tantos niños son explotados laboralmente en minas, campos, casas, calles y talleres, ya que 168 millones niños se encuentran atrapados en el trabajo infantil perdiendo su vida, su salud y su futuro. Además, 21 millones de personas son explotadas en condiciones de trabajo forzoso”.

“Este retrato desolador de la situación laboral mundial muestra cuan inmenso es el déficit de trabajo decente. Si bien la situación puede mejorar, porque existen soluciones”, destaca la OIT.

Las cifras del desempleo

Existe todavía una brecha de 27 millones de desempleados más con respecto a los niveles del año 2007 hasta alcanzar la cifra de 197,1 millones de desempleados en 2015, a la que habrá que sumar 2,3 millones más de desempleados en el 2016 y 1,1 millones más en el 2017.

Por su parte, el número de jóvenes sin empleos aumentará este año en medio millón hasta alcanzar los 71 millones, después de una reducción del desempleo juvenil en los últimos tres años. A ello se le suma el hecho de que 156 millones de trabajadores jóvenes se encuentran en una situación de pobreza extrema o moderada, lo que representa el 37,7% de los trabajadores jóvenes, frente a 26% de pobres en el conjunto de los trabajadores.

“También en el terreno de la igualdad de género en el mercado laboral los avances de las últimas décadas se ven estancados, incluso retrocediendo, por ejemplo se ha registrado una segregación adicional en la distribución de las mujeres y los hombres en las diversas profesiones y dentro de ellas” señala el organismo.