Entrevista a Teresa Talavera Gallego, directora de Cooperación Internacional, IAT

 

Agenda de la Empresa: ¿Cómo resumiría la realidad económica de América Latina?

Teresa Talavera Gallego: En estos últimos años, en los que se ha vivido una crisis económica mundial de fuerte magnitud, ha resultado paradójico el hecho de que los países de América Latina y el Caribe, normalmente con economías muy vulnerables, se hayan mantenido con niveles de crecimiento y desarrollo que, a priori, pudieran parecer ajenos a la realidad del entorno económico global. Hemos asistido a una situación inédita donde los motores de la economía global han estado localizados en Asia, América Latina y el Caribe. Es decir, fuera de las zonas geográficas que tradicionalmente han tenido una mayor contribución al desarrollo económico mundial, situándose en las denominadas economías emergentes. Según cifras del Banco Mundial, durante el periodo que abarca desde el año 2003 al 2012, las tasas de crecimiento de los países de América Latina y el Caribe han registrado valores superiores al 5% del PIB. Sin embargo, esa situación de bonanza se ha visto mermada más recientemente y se observan unas tasas de crecimiento más bajas que, en la actualidad, están en torno al 2% de valor medio.

A.E.: En muchas ocasiones, englobamos a todos los países de América Latina bajo el mismo paraguas, pero supongo que no serán iguales todos los países.

T.T.G.: Por supuesto. Si bien es cierto que un problema estructural que presentan los países de América Latina y el Caribe es el desequilibrio social con niveles de pobreza elevados, el comportamiento y las realidades de toda la región (entendiendo por región los países de América Latina y el Caribe) no es uniforme, existiendo realidades muy diferentes. Tal vez, Venezuela sea el caso más claro de una economía que se aleja de la situación de la media de la región. Sin embargo, las peculiaridades de su situación política nos llevan a pensar que su comportamiento y realidad no son extrapolables. Entre otras cuestiones, aspectos tales como la tradición cultural, existencia de petróleo o recursos de la minería (cobre principalmente) y la trayectoria política hacen que cada país de la región presente una circunstancia diferente y afronte desafíos distintos de cara al mediano y largo plazo. En IAT venimos trabajando en actividades de cooperación tecnológica con América Latina desde hace más de 10 años. Aunque percibimos necesidades similares, las respuestas y soluciones que planteamos son únicas para cada país.

IMG_0356_EA.E.: ¿En qué situación se encuentran en materia de innovación?

T.T.G.: Todos los países están diseñando sus políticas hacia un desarrollo económico sostenible donde, además de tratar de reducir la informalidad de la economía, se observan fuertes esfuerzos por mejorar sus industrias, aumentando sus niveles de competitividad y agregando mayor valor en las mismas. Hasta ahora, la región se ha mostrado como proveedora de actividades con poco valor agregado, donde la innovación no ha sido el motor ni el elemento diferencial de su actividad industrial ni de servicios. A pesar de ello, se observan esfuerzos por darle un mayor empuje e impulso a la innovación. Según el Índice de Innovación Global de 2014, de un total de 143 países a nivel mundial evaluados, el mejor país de la región en términos de innovación es Chile, ocupando el puesto 46, seguido de Brasil, en el puesto 61. En el caso de IAT, nuestra actividad se ha desarrollado en los países que cuentan con una mejor situación para afrontar  la innovación y el desarrollo tecnológico. En este sentido, aunque al inicio nuestra actividad se centró en países tales como México, Chile, Brasil, Panamá y Argentina, hoy en día podemos afirmar haber trabajado en todos los países de la región. En todo caso, el grado de complejidad del proyecto o iniciativa es diferente y depende del nivel de madurez en esa materia del propio territorio o país.

A.E.: Entonces, ¿se puede decir que existen oportunidades de innovación en América Latina?

T.T.G.: En efecto. Es clara la existencia de oportunidades para la transferencia de innovaciones y conocimiento, así como para el desarrollo de nuevas soluciones innovadoras que cubran necesidades actuales o latentes existentes en el tejido empresarial o en las sociedades de los países de la región. No obstante, es importante identificar y comprender cuáles son las barreras a la innovación a las que se enfrentan los países de la región en el corto y medio plazo. De esta manera, se podrán diseñar más eficazmente las soluciones y propuestas que dan cobertura a las necesidades, reduciendo la brecha tecnológica y contribuyendo con ello al crecimiento y desarrollo económico de una manera sostenible.

A.E.: Si tuviera que destacar alguna temática que presenta una mayor proyección y desarrollo de cara al mediano y largo plazo, ¿cuál sería?

T.T.G.: Resulta difícil hablar de una única temática. Yo creo que América Latina presenta varios desafíos a los cuales deben hacer frente a través de la tecnología e innovaciones. De manera general, antes comentaba que un problema estructural que comparten todos los países es el desequilibrio social. Para ello, las soluciones de innovación social son clave. Asimismo, la educación es de suma importancia para garantizar el futuro de la región. Si no se dispone de una masa crítica (fuerza laboral) con capacidades y conocimientos para afrontar los nuevos retos y avances de futuro, especialmente en el ámbito tecnológico donde tan rápidamente se producen cambios, estos países verán mermadas sus opciones de desarrollo y crecimiento. En los proyectos que desde IAT desarrollamos normalmente, incorporamos una componente de generación de capacidades buscando la autonomía futura de nuestros interlocutores y clientes. De igual manera, son conscientes de que deben diseñar políticas y orientar los esfuerzos de cara a modificar la base de su entorno productivo y empresarial hacia una mayor sofisticación a través de la incorporación de la innovación como vehículo o medio para garantizar el desarrollo económico sostenible en el largo plazo. En este sentido, algunos territorios presentan aún débiles estructuras de gobernanza para afrontar los procesos de planeación estratégica en términos de innovación y desarrollo sostenible. La experiencia que desde Europa les podamos trasladar en la construcción y diseño de Ecosistemas de Innovación es muy importante. En esta línea de trabajo, desde IAT hemos abordado numerosos proyectos para el diseño de planes y políticas de innovación en México, Chile, Venezuela, Bolivia y Perú. En un plano más sectorial o temático, destacaría las oportunidades que existen en materia de sostenibilidad, tanto desde el punto de vista ambiental como energético. Las normativas en la materia están siendo revisadas y actualizadas, lo que supone una clara necesidad de adaptación de sus territorios e industrias a las mismas. Asimismo, la mayor conciencia ambiental les lleva a buscar soluciones innovadoras, sostenibles y con gran impacto social. Para este ámbito de actuación, en septiembre acabamos de iniciar un proyecto para la generación de capacidades en materia de ECO-INNOVACIÓN en pymes y Organizaciones Intermedias de México y Ecuador. Desde el punto de vista del desarrollo de proyectos, una cuestión importante es la existencia de diversas fuentes de financiación para el desarrollo de los proyectos. Aquí podríamos destacar los fondos de la Cooperación Europea y otros organismos multilaterales, principalmente el BID, Banco Andino de Fomento (CAF) y BM. Adicionalmente, existen instrumentos que promueven el desarrollo de proyectos de innovación donde se facilita la participación de empresas y organizaciones de otros países. Desde el punto de vista de los negocios, son países con tasas de crecimiento positivas cuyas divisas están teniendo comportamientos más estables que en el pasado aunque no están exentos de riesgos. Pero, ¿qué es la vida sin riesgo?

 

María Cano Rico