España es el segundo país de la Unión Europea donde las transferencias bancarias son más caras, sólo por detrás de Grecia. El coste mínimo de esta operación es de 3,18 euros si se hace dentro del país, y de 4 euros por cada 100 euros transferidos si se trata de un envío internacional, según un informe hecho público hoy por la Comisión Europea.