Jóvenes directores, empresas tecnológicas, potenciación del trabajo en equipo… el mundo empresarial se transforma y con él, el despacho de dirección. Las sillas altas, los espacios distintivos y cerrados, van dando paso a áreas diáfanas e integradas.

Desde Hermarta, estudio especializado en el equipamiento integral de espacios laborales, se analizan las nuevas tendencias en el despacho de dirección.

Zonas comunes y open-spaces

Durante muchos años, el despacho de dirección se ha mantenido como el espacio más respetable por excelencia en una oficina: buena ubicación en la planta, vistas al exterior, uso de materiales nobles, mesas y sillas autoritarias… Sin embargo, los cambios que se están generando en la oficina de hoy en día, rompen con todos estos estereotipos para reconfigurar las zonas más valoradas (por iluminación, vistas…) y recrearlas en zonas comunes y open-spaces.

De esta manera, la ubicación del despacho de dirección ha pasado a estar en un segundo plano, priorizando al trabajador y el trabajo en equipo. Aún así, los directivos siguen necesitando su espacio privado donde poder concertar visitas, conversaciones telefónicas o reuniones individuales con sus equipos internos. Y es por eso que estos espacios siguen su evolución paralela a la de la oficina y los espacios de trabajo, creando ambientes incluso más productivos que los modelos anteriores.

Empresas que conservan estándares tradicionales

En función del perfil de empresa, el despacho de dirección puede seguir manteniendo los estándares más tradicionales y respetables de estos espacios (abogados, consultores…), o bien haberlo adaptado a las tendencias actuales de la arquitectura interior en los nuevos espacios de trabajo, demostrando valores que comparten con su empresa como el progreso, la innovación, el dinamismo… (es el caso de start-ups, desginers, empresas del sector de la moda, de la tecnología…).

Madera natural y cristal

El uso de materiales nobles, como la madera natural y el cristal en las particiones divisorias o en el mobiliario, siguen siendo prioritarios en cuanto a los acabados.

Las tonalidades han ido variando junto a la oficina: ahora se estilan tonos más claros que refuerzan el afán de tener la estancia más iluminada, dejando atrás tonos oscuros con el color negro, madera de wengué, de nogal… y dar paso a la gama de los blancos, diferentes tonalidades de grises, madera de iroko, de cerezo…

Espacios polivalentes

En definitiva, los nuevos espacios de trabajo más polivalentes y dinámicos han hecho redefinir las oficinas actuales imponiéndose sobre los despachos y salas de reuniones en las zonas privilegiadas. No obstante, el despacho de dirección sigue manteniendo la notoriedad dentro de la oficina contemporánea.