La Comisión Europea decidió ayer la apertura de sendas investigaciones para determinar si pudieran existir prácticas restrictivas de la competencia en los sectores energético y bancario.

Concretamente, la CE ha decidido poner bajo la lupa el proceso de formación de precios del gas y de la electricidad, ante las denuncias recibidas por el alza de los precios en los últimos 18 meses, una tendencia que la UE considera producto de la subida del petróleo, aunque le extraña la inexistencia de ofertas comerciales a los consumidores y subraya que en «algunos países centrales» no es posible la elección del suministrador por parte del cliente, una nada velada queja contra Francia y Alemania.

Por ello, la Comisión va a enviar 3.000 cuestionarios a consumidores y distribuidores y espera tener un diagnóstico de la situación a finales de este mismo año.

Por lo que se refiere a las tarjetas de crédito, la UE investigará en primer lugar las posibles barreras a la competencia, lo que se traducirá en un estudio pormenorizado de las comisiones que organizaciones como Visa o Mastercard cobran a sus clientes, en las que se aprecian diferencias de hasta un 100% entre unos países y otros.

En un segundo paso, la Comisión se propone estudiar a fondo el resto de los sistemas financieros nacionales, tanto en lo referente a banca minorista como a las operaciones de seguro a empresas.