Entrevista a Adolfo Ramírez Morales, experto en transformación digital empresarial y autor del libro ‘Digitalízate o desaparece: Claves para transformarse y competir en la nueva era’

Su libro ‘Digitalízate o desaparece: Claves para transformarse y competir en la nueva era’ ya va por la segunda edición. Cuéntenos: ¿Qué pasos debe dar una compañía para digitalizarse?

El primer paso es la actitud del CEO, del director general o del dueño de querer aprovechar la oportunidad. Una vez decide que lo quiere hacer y tiene esa vocación de hacerlo, lo segundo es entender lo que está ocurriendo, es decir, en muchas ocasiones dice “quiero digitalizarme” e invierte en tecnología. Eso es un error. Lo primero que tiene que hacer es entender lo que está ocurriendo, el contexto en el que está, cómo está evolucionando la economía, cómo están evolucionando los mercados, cómo están cambiando los comportamientos de los clientes y los consumidores… Una vez entiende el cambio, tiene que hacer una reflexión de su estrategia: el modelo de negocio es el que tiene que ser teniendo en cuenta los cambios que se están produciendo o tiene que cambiar su estrategia. Si decide cambiarla, que lo ideal es decidirlo, tiene que evolucionar la estrategia porque las cosas han cambiado en el mercado y, para ello, tiene que hacer un plan que diga dónde quiero estar, dónde estoy y cómo voy. Y ese cómo voy es el plan de transformación, que afecta a toda la organización. Tiene que cambiar el modelo organizativo y las propuestas de valor de los clientes, ver las capacidades y el talento de las personas que al final son las que van a ejecutar el plan de transformación. Una vez ha decidido todo ello, es cuando ve qué tecnologías son las que pueden ayudar a dicho modelo de negocio. Digamos que se trata de entender, hacer una reflexión estratégica, un plan de dónde tiene que tocar, qué tiene que evolucionar, qué tiene que cambiar en la organización y cómo la tecnología puede ayudar a todo ello.

¿Cómo valora la actitud de las compañías? ¿Son proclives al cambio?

Estamos en dos estadios. Hay unas empresas que están en modo observar y otras en modo hacer. Las que están en modo observar, dicen que todo lo pueden hacer con Big Data, con cloud o con Inteligencia Artificial, pero no todas lo están haciendo. Realmente, las que van a sacar esa ventaja competitiva son las que hacen y aplican esa tecnología. Lo interesante es entender la tecnología y aplicarla al modelo de negocio y al desarrollo de la organización. Pensar que estamos ante un cambio, que es una gran oportunidad, pero lo que tienen que hacer es hacer. Esta semana he leído que hay tres clases de personas y tres clases de empresas: unas que están en modo mirar y observar, otras que están en modo hacer y otras que están en modo qué ha pasado. Es decir: ni han observado, ni han mirado, han visto que ha cambiado todo y están en el punto de qué ha pasado, estas empresas van a desaparecer. Es muy importante revisar el equipo directivo. Éste es el que te va a acompañar en el cambio y cualquiera que no te acompañe en esos niveles va a ser un retraso en la evolución y la dinamización de la compañía. Creo que en las organizaciones hay una resistencia en la sombra. Todos dicen que quieren cambiar, los primeros por supuesto el comité de organización, pero tienes que observar muy bien qué es lo que está ocurriendo en la realidad. Esas diferencias entre lo que digo y lo que hago son muchas veces una verdadera barrera para que la transformación se produzca en las organizaciones y lo tienen que hacer primero los directivos. Luego, cuando bajas a los siguientes niveles, a los niveles de mandos intermedios de las organizaciones, deben convertirse en líderes de proximidad. Son los primeros que adoptan el cambio y tienen que ser los que ayuden a las personas de su equipo a adoptar el cambio, transmitiendo cuáles son las ventajas de ese cambio, porque es muy difícil que cambien si no saben lo que se espera de ellos y no conocen los beneficios y el impacto que tendrá ese cambio. Y, para ello, las organizaciones tienen que cambiar el entorno, ya que también es muy difícil cambiar si nada cambia a nuestro alrededor. Cuando digo cambio no hablo de un cambio físico, sino de un cambio de modelo organizativo, ya que, si no cambia nada en tu modelo organizativo, no tienes la necesidad de hacer las cosas de forma distinta. Además, tienes que cambiar la tecnología y los sistemas que están utilizando. Otro tema muy importante que cambiar es el sistema de objetivos. Cuando están haciendo planes de transformación, las organizaciones le dedican mucho esfuerzo a desarrollar una nueva plataforma digital, que está muy bien y tienen que hacerlo, pero olvidan muchas otras cosas como cambiar el modelo de organización, ver cómo desarrollar las capacidades y cómo impacta la cultura. A veces se olvidan y solo se fijan en que seamos muy modernos, tengamos la mejor app o la mejor web, pero no es suficiente.

La digitalización y las tecnologías exponenciales están siendo el origen de nuevos perfiles profesionales. ¿Las instituciones educativas están evolucionando adecuadamente en este sentido?

En cuanto al empleo soy optimista. Creo que se dejarán de hacer determinadas funciones rutinarias, pero serán realmente funciones de escaso o ningún valor que no importará que no hagan las personas. Para que eso ocurra es muy importante la educación. La educación te tiene que preparar hoy para lo que es el futuro. Creo que ahí tenemos un gap y tenemos que hacer todo lo posible para ayudar a las administraciones y a las escuelas. Es importante ver cómo la tecnología ayuda a cambiar los modelos sociales y los modelos de negocio. Y debemos fijarnos no solo en las escuelas básicas, sino también en las universidades y las escuelas de negocios como EOI. Estas juegan un papel fundamental en cuanto a transmitir a los mandos intermedios y a los directivos de las empresas cómo acompañar a sus equipos en el proceso de transformación. En casi todas las escuelas de negocio tienen programas de transformación digital, pero habría que ver cuáles son esos programas. Es más, cualquiera de estos programas está desasociado del programa de directivos. ¿Por qué? Si en el programa de directivos una parte muy importante es la transformación digital.

¿Podría darnos un ejemplo de empresa bien digitalizada actualmente?

Creo que, en general, la banca lo está haciendo muy bien. Está evolucionando sus modelos con independencia de que pueda venir una disrupción distinta. Para ello, están haciendo esfuerzos por digitalizarse y poner el cliente en el centro de todo. La protección de la confidencialidad en el dato del cliente en banca es la esencia y eso en el mundo que viene va a ser la esencia también. Santander lo está haciendo y entiendo que BBVA y los grandes bancos también.

Háblenos de Blockchain, ¿está la banca preparada?

La banca se está preparando. Si se va desarrollando y entendiendo el Blockchain como parece que va a ser, va a suponer un cambio significativo en la banca y en muchos sectores. Lo que está ocurriendo con la disrupción es que el intermediario que no aporta valor va a desaparecer y las operaciones serán mucho más fiables. También creo que la tokenización va a ser un factor fundamental porque va a permitir, sobre todo en los activos, convertir cosas distintas en cosas fungibles. Vas a poder intercambiar litros de gasolina por contenido. Cosas que ahora no se te pasan por la cabeza, pero que vas a poder pasar en el momento en el que una y otra se convierten en una unidad del mismo valor. Permitirá convertir contenidos con dinero con activos. Eso da unas posibilidades brutales de poder evolucionar. Es otra dimensión que está ahí y lo que hay que hacer es observarlo, entenderlo y actuar. La clave está en actuar. Las startups que se están desarrollando en temas de Blockchain están evolucionando bastante bien. Todo lo que ayude el gobierno con subvenciones, impulsando o cambiando la regulación para que se puedan hacer las cosas de forma más fluida y ágil es estupendo.

En su libro habla del poder del nuevo consumidor…

Hay una reflexión que dice que la tecnología es necesaria, pero los que la hacen posible son las personas. Por mucha tecnología que tengamos, si no la sabemos aprovechar, no sirve para nada. Hay que tenerlo en cuenta en las organizaciones porque muchas veces empiezan a incorporar tecnología y se ocupan muy poco de las personas. El binomio persona-tecnología es brutal en cuanto el poder que tiene. La empatía de la relación personal -si tengo cualquier duda la resuelvo, la capacidad de decidir- es imbatible, y es lo que hay que poner en valor dentro de las organizaciones. A nivel de cliente, el tener acceso a la tecnología me hace un cliente, como indico en el libro, con superpoderes. No nos damos cuenta, pero es brutal el poder que tiene el cliente al poder compartir y las empresas tienen que ser conscientes de ver cómo cambiar sus modelos para estar online. Este el superpoder que tenemos las personas. Primero en la organización, que sin las personas no va a haber cambios, no se va a producir nada, y después las personas como clientes, que tenemos superpoderes.

 

María Cano

 

Entrevista incluida en el número de marzo de la revista Agenda de la Empresa