La venta de artículos falsificados le cuestan cada año al comercio cerca de 6.175 millones de euros en pérdidas, un 9,3% del volumen total de ventas según datos de la Euipo (Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea).
Estas cifras se traducen en 133 euros perdidos por habitante, según han destacado la Confederación Española de Comercio (CEC) y la Asociación para la Defensa de la Marca (Andema), que han mostrado su preocupación por la pérdida de empleo a causa de las falsificaciones.
Además, según recogió ya un informe de la Comisión Europea, la distribución y venta de falsificaciones constituye una de las actividades predilectas del crimen organizado, y disminuye los ingresos en impuestos debido a la caída de ventas declaradas y legales.
Para ambas asociaciones, la solución para terminar con la venta de falsificaciones pasa por una voluntad política a todos los niveles, pero también por la concienciación.
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo en Europa y la Oficina de la Unión Europea para la Propiedad Industrial, el comercio mundial de falsificaciones se eleva a 338.000 millones de euros al año, lo que representa el 2,5% del comercio mundial. La importación de productos falsos equivale ya al 5% de las importaciones de la Unión Europea.