El Consejo ha aprobado este lunes sendos mandatos para que la Comisión entable negociaciones con los Estados Unidos sobre dos acuerdos.
En concreto, se trata, por un lado, de un acuerdo comercial limitado a la eliminación de los aranceles aplicados a bienes industriales, que excluya los productos agrícolas. Y, por otro, un acuerdo sobre evaluación de la conformidad encaminado a suprimir barreras no arancelarias, haciendo más fácil para las empresas demostrar que sus productos cumplen los requisitos técnicos tanto en la UE como en los Estados Unidos, al tiempo que se mantiene un alto nivel de protección en la UE.
“La adopción de las directrices de negociación de la UE en el día de hoy ofrece una señal clara de la adhesión de la UE a una agenda comercial positiva con los Estados Unidos y a la aplicación del programa de trabajo, rigurosamente definido, que acordaron los presidentes Trump y Juncker el 25 de julio de 2018. Pero que quede claro: no hablaremos de agricultura ni de contratación pública. Otro elemento importante es que durante las negociaciones se tendrá plenamente en cuenta la repercusión medioambiental y social del acuerdo”, apunta Ștefan-Radu Oprea, ministro de Mundo Empresarial, Comercio y Emprendimiento de Rumanía y presidente del Consejo.
La Comisión negociará en nombre de la UE, apuntan desde el organismo, “velando por mantener la adecuada comunicación con todos los interesados pertinentes de la UE, como la sociedad civil y los operadores económicos. El acuerdo definitivo deberá ser celebrado por el Consejo tras obtener la aprobación del Parlamento Europeo”.
En lo que respecta al acuerdo sobre la eliminación de aranceles industriales, el objetivo es aumentar el comercio entre la UE y los Estados Unidos, mejorar el acceso al mercado y generar nuevas oportunidades de empleo y crecimiento. El mandato otorgado por el Consejo garantiza que las negociaciones tengan “plenamente en cuenta” la sensibilidad particular respecto de determinados productos (por ejemplo, los productos de gran consumo de energía y los productos de la pesca), así como la repercusión medioambiental que se deriva de las divergencias entre los marcos normativos de la UE y de los Estados Unidos.
La Comisión deberá elaborar “lo antes posible” una evaluación del impacto sobre la sostenibilidad en la que se examinen las posibles repercusiones económicas, medioambientales y sociales del acuerdo, “habida cuenta también de los compromisos adquiridos por la UE en acuerdos internacionales como el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático”. Las conclusiones de la evaluación del impacto sobre la sostenibilidad “deben tenerse en cuenta en el proceso de negociación”.
El mandato garantiza asimismo que la UE no llevará a término las negociaciones con los Estados Unidos mientras sigan en vigor los aranceles aplicables actualmente a las exportaciones de acero y aluminio de la UE, y que la UE podrá suspender unilateralmente las negociaciones si los Estados Unidos adoptan nuevas restricciones comerciales contra productos europeos.