La Universidad Loyola Andalucía ha celebrado el primer Café Científico, una iniciativa de difusión y divulgación para estudiantes e investigadores.  En su primera edición, la doctora Ana Fernández investigadora en salud pública del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, ha sido la encargada de inaugurar este foro de discusión y debate, con una conferencia sobre Economía y Salud en la que han participado profesionales de diferentes disciplinas como la sanidad, la educación, la psicología, la sociología, el Derecho, la economía, la comunicación, y las ciencias políticas.

Café Cientifico
Café Cientifico

Bajo el título Economía y salud ¿enemigos irreconciliables?, se han abordado los principales factores que afectan a la gestión de nuestro sistema sanitario. Para Ana Fernández, “es necesario un pacto social para decidir la inversión que estamos dispuestos a realizar, el paquete básico de prestaciones y el coste de los servicios. Utilizando los conocimientos de economía de la salud, se puede garantizar la equidad y la distribución justa de los recursos”.

En cuanto al estado del sistema, Fernández cree que hay una falta de planificación, un mal uso de la sanidad y una pérdida clara de valores: “hemos considerado que todo podía ser financiado a cualquier precio. También es cierto que ha habido un abuso por parte de los proveedores y de algunos pacientes”. Como sociedad y parte de la solución a este problema, la investigadora plantea “¿cuánto estamos dispuestos a pagar porque una persona esté sana? Es fundamental detectar dónde invertir y priorizar los recursos porque mantenernos como hasta ahora, es imposible”.      

Entre los asistentes al evento, se encontraban la doctora María Luisa Ramírez, hematóloga y profesora técnico de laboratorio en el instituto Mayor Zaragoza, y el doctor Luis Pastor, jefe de cardiología del Hospital de Valme. Para el cardiólogo, el Café Científico ha resultado un instrumento útil y moderno, y la ponencia sobre economía y salud, un refuerzo positivo para entender que hay que poner la economía al servicio de la sociedad: “el sistema puede garantizar una asistencia óptima de la salud, pero no la salud. Es necesario además, una ética de mínimos”. Por su parte, la doctora Ramírez, ve imprescindible la aplicación de la economía a la salud para un uso eficiente del sistema sanitario.