Con el objetivo de adaptarse al entorno actual y mejorar la eficiencia de sus recursos –y tras la reciente integración del grupo de cajas de ahorros formado por Banca Cívica y la próxima incorporación de Banco de Valencia–, CaixaBank considera necesario llevar a cabo un plan de reestructuración.
Por esta razón, la entidad ha abierto un periodo de diálogo y negociación con los sindicatos, que se podría prolongar hasta finales de abril. El objetivo es analizar todas las fórmulas posibles y acordar las mejores medidas para ajustar su plantilla a las necesidades del negocio.
La aplicación de estas medidas de reestructuración afectará a unos 3.000 empleados.
Como en procesos similares, la entidad mantiene la voluntad negociadora y la disposición al diálogo abierto y continuo con la Representación Laboral de los Trabajadores.