Análisis de la nueva economía como resultado del desarrollo de la tecnología de la información y de la expansión del conocimiento, considerando este como fuente del progreso económico y eje promotor de cambios sociales, económicos y culturales

 

Decía Juan Martínez Barea, embajador para España de Singularity University, en la ponencia que ofreció recientemente en TEDxSevilla, que en un contexto como el actual marcado por la revolución tecnológica y su importancia en el crecimiento y cambio exponencial en la sociedad, “la única forma de competir es la innovación”. Y es que la implantación imparable de las TIC en la sociedad está cambiando muy rápidamente el modo de relacionarse, de educar a las personas y de gestionar las organizaciones públicas y privadas; está provocando un cambio de dimensiones globales en la sociedad.

Progreso tecnológico y cambio social
Progreso tecnológico y cambio social

El desarrollo tecnológico está produciendo cambios significativos en la estructura económica y social, y en el conjunto de las relaciones sociales. Tecnologías que van a dotar y están dotando de nuevos medios a las personas, las empresas y la sociedad española en general, y van a crear una sociedad en red con oportunidades para todos. En palabras del presidente de Ericsson España, Ingemar Naeve, en la presentación del informe ‘Spain 20.20’ del Club de Excelencia en Sostenibilidad, “asistimos a una verdadera revolución social en la que las TIC serán decisivas para acercar al ciudadano y a los hogares nuevos servicios que cambiarán la necesidad de desplazamientos físicos, permitirán el control inmediato de cualquier elemento relacionado con nuestras vidas y nos ofrecerán un permanente contacto con nuestro entorno personal y profesional”. Asimismo, afirma Naeve, “las TIC proporcionarán oportunidades para inversiones de alta rentabilidad social y empresarial en soluciones inteligentes que transformarán la administración pública, el transporte, el suministro energético, la atención sanitaria y el ocio”, entre otros. “Resulta, por tanto, de vital importancia” el considerar las TIC como “un elemento clave de la agenda política y socio-económica del país” para lograr un modelo de crecimiento basado en la economía del conocimiento y la innovación que permita elevar los niveles de competitividad relativa de la economía española y afrontar con éxito el fenómeno de la globalización.

La sociedad actual no puede concebirse más que a partir del desarrollo que el conocimiento ha tenido durante estas últimas décadas. Se ha pasado de la era industrial a la de la información. En palabras de Carlota Solé, en ‘Ensayos de Teoría Sociológica’: “El crecimiento y el desarrollo de una sociedad postindustrial, avanzada o tecnológica, es resultado de un conjunto complejo de factores sociales y no sólo de la acumulación de capital. La innovación, la creatividad, el cambio dependen mucho más directamente que antes del nivel de conocimientos. Información, educación, investigación científica y técnica, formación profesional, capacidad de programar y regular el cambio en las relaciones sociales de una empresa, las formas de management y organización, entre otros, forman parte de los factores de producción”.

La tecnología y el conocimiento constituyen pues hoy por hoy los ejes centrales del progreso social. Así lo subraya el consejero de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo de la Junta de Andalucía, José Sánchez Maldonado, en la entrevista que ha concedido a Agenda de la Empresa en la que explica cómo “caminamos hacia una economía donde aspectos como el conocimiento y la tecnología tendrán, y tienen ya, un peso específico” y en la que explica cómo una de las fórmulas para potenciar el desarrollo y la explotación de la tecnología pasa “por facilitar la creación de empresas de base tecnológica, ligadas al conocimiento generado en las Universidades y centros de investigación”.

Andalucía cuenta con empresas y organizaciones líderes en sectores clave que, a través del aprovechamiento de las nuevas tecnologías y la clara apuesta por I+D+i, pueden liderar distintas iniciativas que introduzcan aspectos tecnológicos, de conocimiento e innovación que mejoren la productividad y, por ende, la competitividad del país. Y todo ello ante la llegada de una nueva era en la que van a confluir tres flujos importantes: la aceleración tecnológica, la hiperconectividad en la que la expansión de redes informáticas ha posibilitado la universalización de intercambios y relaciones, y el mundo emergente en el que cualquier individuo, esté donde esté, podrá competir con el resto del mundo en igualdad de oportunidades.

El cambio tecnológico es exponencial y no lineal como prueba la conocida Ley de Moore. Pero lo más importante del desarrollo de las TIC es que se pueden -y se están- beneficiando el resto de tecnologías. Es el caso de la bioinformática, nacida en la confluencia de la biotecnología y las tecnologías de la información; o el de la biomedicina o lo que es lo mismo el estudio de los aspectos biológicos de la medicina con el objeto de investigar los mecanismos moleculares, bioquímicos, celulares y genéticos de las enfermedades humanas; o la robótica, una ciencia o rama de la tecnología, que estudia el diseño y construcción de máquinas capaces de desempeñar tareas realizadas por el ser humano o que requieren del uso de inteligencia; o de la biotecnología, un área multidisciplinaria, que emplea la biología, química y procesos, con gran uso en agricultura, farmacia, ciencia de los alimentos, ciencias forestales y medicina. Y un área, esta última muy importante en nuestra Comunidad como deja claro a continuación Regina Revilla, la presidenta de la Asociación Española de Bioempresas (ASEBIO) que apunta en la entrevista concedida a Agenda de la Empresa que “Andalucía ha sido en los tres últimos la Comunidad donde más empresas biotecnológicas se han creado, entre un 24% y un 29% de las empresas nacionales biotecnológicas nuevas”. 

Prueba de la importancia de todo esto son las prioridades marcadas a nivel europeo por la Comisión para la orientación del crecimiento en su Estrategia Europea 2020 para un crecimiento inteligente basado en el desarrollo de una economía basada en el conocimiento y la innovación; un crecimiento sostenible marcado por la promoción de una economía que haga un uso más eficaz de los recursos; y un crecimiento integrado fomentando la economía con un alto nivel de empleo que tenga cohesión social y territorial.

 

Ley de Moore

Todos sabemos que la tecnología avanza a pasos agigantados. La ley de Moore (formulada por el cofundador de Intel, Gordon Moore, en 1965) expresa que aproximadamente cada 18 meses se duplica el número de transistores de un circuito integrado. La consecuencia directa de esta ley es que cada 18 meses se duplica la capacidad de una computadora al mismo precio. O sea, los precios bajan al mismo tiempo que las prestaciones suben. Lo llamativo es que esta premisa se traslada a otros ámbitos como la nanotecnología y la robótica posibilitando innovaciones extraordinarias con su consabido impacto en la calidad de vida de muchas personas.