Transcurrida buena parte del primer trimestre del año y conociéndose ya los datos del pasado ejercicio, 2013 -al completo-, los síntomas de reactivación económica se van haciendo más evidentes, confirmando las expectativas del último trimestre del año anterior, lo que respaldaría las previsiones que auguraban para este año un crecimiento del PIB próximo al 1%. La trayectoria de algunos indicadores invitan a los más “optimistas” a pensar que la próxima revisión de sus proyecciones será al alza, aunque al mismo tiempo también abundan las señales que rebajan la “euforia”, recordando el enorme retroceso que la crisis ha provocado en la economía española, en términos de producción, empleo y renta. El propio gobernador del Banco de España, Luís Linde, en una conferencia a finales de febrero, recordaba como la “Gran Recesión” había tenido una profundidad y una gravedad sin precedentes en la historia económica de España, haciendo que desde 2007 el nivel del PIB español haya descendido en 7 puntos porcentuales, aunque, quizá, la medida más representativa de la severidad de la crisis provenga del mercado laboral, con un retroceso del empleo del 19% y un fortísimo aumento de la tasa de paro, que al concluir 2013 afectaba al 26% de la población activa. En el caso de Andalucía, la contracción del producto ha sido similar, si bien la caída del empleo ha sido del 21% y la tasa de paro se ha disparado desde el 12,8% de 2007, al 36,3% de media en 2013. Sin duda, este menoscabo en la población ocupada, en el nivel de actividad, así como en el nivel de renta no lograrán reponerse y alcanzar los niveles anteriores a la crisis porque en este año, 2014, la economía española y la andaluza consigan crecer un 1% o poco más, o porque se consiga un crecimiento neto del empleo. Además, junto al daño sufrido por los fundamentos de oferta y que han mermado nuestra capacidad de crecimiento a largo plazo (PIB potencial), cabe recordar que el coste que aún pagan nuestras empresas y familias por sus créditos continúa siendo demasiado alto (más elevado que en otros países de la UEM), teniendo en cuenta el tono acomodaticio de la política monetaria, lo que revela que la normalización en los mercados financieros de la Zona Euro no se ha completado.

Al mismo tiempo, en el horizonte de recuperación persisten otros obstáculos que podrían frenar el ritmo de expansión, tales como el proceso de consolidación fiscal en marcha, que impide la aplicación de políticas presupuestarias impulsoras de la actividad y el empleo en el corto plazo (ni en España, ni en Andalucía), o la debilidad de la demanda europea -cuyas perspectivas de crecimiento también son muy modestas-, sin mencionar otros peligros asociados a la situación en las economías emergentes. Pero, centrando la atención en los indicadores más favorables, conviene mencionar el giro hacia la confianza que han observado los indicadores cualitativos o de opinión. En este sentido, subrayar la mejora de las expectativas de las empresas españolas en todas las variables, según los resultados de las Cámaras de Comercio, ya que para 2014 se prevén avances en las ventas nacionales y, sobre todo, en las exportaciones. De este modo, los empresarios esperan un repunte de la cifra de negocio durante el presente ejercicio, lo que sería consistente con los resultados de las encuestas de sentimiento económico en nuestro país, elaboradas por la Comisión Europea. Con datos al cierre de 2013, los principales indicadores de las grandes empresas apuntaban a este perfil, según los datos de la Agencia Tributaria. (Ver gráfico adjunto).

Evolución de grandes empresas
Evolución de grandes empresas

Estas perspectivas son comunes a Andalucía, donde también otros índices de tipo cuantitativo justificarían esta zona de menor pesimismo. En este sentido, destacan el aumento en las sociedades/empresas constituidas, el ascenso en el número de trabajadores afiliados a la Seguridad Social en el espacio regional (tasas de variación interanuales positivas) o las mejores señales en el consumo (índices de ventas en el comercio minorista).

Esperanza Nieto Lobo. (Analistas Económicos de Andalucía)