Las empresas en Europa Central y del Este han experimentado tiempos difíciles en los últimos años. Las economías se han enfrentado a una contracción en el consumo privado, debido al aumento del desempleo y al actual proceso de desapalancamiento, según un informe de Coface.

Las empresas también se han visto afectadas por la doble recesión de la Eurozona, su principal socio comercial. 2014 fue un año de mejora para la mayoría de las economías de Europa Central y del Este y la tasa media de crecimiento del PIB aumentó del 1,3% en 2013, al 2,5% en 2014.

El motor del crecimiento económico fue impulsado por la demanda interna, especialmente visible en el caso del consumo de los hogares, que se han beneficiado del descenso de las tasas de desempleo, el aumento de los salarios y la recuperación de la confianza del consumidor.

Varios países de la región están experimentando una inflación baja o incluso deflación, causado  principalmente por factores externos, como la caída de las materias primas. La mejora en las perspectivas económicas ha llevado a una estabilización en el número de insolvencias, con una ligera caída del 0,5% en 2015 (respecto al aumento del 7% en el 3013).

“A pesar de una ligera mejora, todavía hay un número considerable de insolvencias, con más de 65.000 empresas declarándose insolventes el año pasado. La mejora en la demanda interna no fue un factor suficiente para recuperar el nivel de insolvencias previo a la crisis. Con un crecimiento del PIB previsto del 2,5% estamos convencidos de que la tendencia a la baja en el número de insolvencias continuará en 2015. Sin embargo, las empresas necesitarán tiempo para conseguir beneficios de la recuperación económica”, explica Grzegorz Sielewicz Economista de Coface para Europa central.

Las insolvencias empresariales en la región seguirán una tendencia positiva. Las previsiones de Coface son que la media en el número de insolvencias descenderá alrededor de un 6% a finales de año. El consumo de los hogares seguirá siendo el motor que impulsará la mayoría de las economías de Europa Central y del Este. Como consecuencia, las perspectivas serán mejores para aquellos sectores que dependan del consumo.

En términos de exportaciones, el embargo ruso puesto en marcha el año pasado ha tenido un fuerte impacto negativo, especialmente para el sector agroalimentario. Sin embargo, esto ha animado a las empresas de Europa Central y del Este a buscar mercados alternativos para satisfacer la creciente demanda local. Las economías de Europa Central y del Este se están beneficiando de un mayor volumen de negocio exterior en la Eurozona, ya que muchos países de Europa Occidental muestran señales claras de recuperación.