El presidente de la CEOE, Juan Rosell, y el de la Cámara de Comercio de España y Freixenet, José Luis Bonet, han advertido que la independencia de Cataluña “se traduciría en menos empleo y unas peores condiciones de vida”.

En una carta conjunta publicada este lunes en La Vanguardia, ambos señalan que el proceso soberanista “afectaría particularmente a las pymes, al pequeño comercio y a los autónomos, ya que una reducción de la capacidad de consumo del ciudadano tendría una incidencia directa sobre sus negocios. Podríamos volver a ver situaciones como las vividas por la crisis de los últimos años”.

Para ambos, Catalunya quedaría fuera del euro y tendría “serios problemas” para financiarse porque no podría recurrir al Banco Central Europeo o al Mecanismo Europeo de Estabilidad y sus emisiones de deuda “se verían fuertemente penalizadas”.

Además, apuntan que las exportaciones catalanas se verían afectadas, ya que se encarecerían y perderían competitividad. “También se resentirían las inversiones en Catalunya, que podrían retraerse en un escenario de inseguridad jurídica y financiera, produciéndose deslocalizaciones, ya que las empresas buscarían enclaves más estables para sus filiales”, agregan.

“Como empresarios sabemos lo necesario que es disponer de un escenario estable y previsible para tomar decisiones de inversión y no debemos entrar en una etapa de graves incertidumbres que afecten a la situación económica”, reconocen Rosell y Bonet.

Por ello, indican que “deberíamos plantearnos concentrar nuestras energías en aprovechar los cauces de diálogo, que en todo caso deben abrirse, para mejorar el encaje de Catalunya en el Estado, para que se reconozca plenamente la importancia de su aportación al resto de España y su peso institucional”.