Durante el primer semestre de 2015, la inversión extranjera total en Cataluña creció un 280,3%, lo que implica el incremento más fuerte registrado por la inversión en el conjunto de España, que subió en global un 73,4%.

En términos absolutos, la inversión, frente al mismo periodo de 2014, aumentó en 1.444 millones de euros. Estos datos los ha recogido Foment del Treball en su último Informe de Coyuntura Económica, que analiza la evolución de los indicadores de los últimos tres meses.

noticia2grandeEn cuanto a la inversión extranjera, destaca también que la que recibe Cataluña proviene mayoritariamente de los países de la OCDE (88,4%) y, a su vez, de la Unión Europea (65,2%). Del mismo modo, la inversión proveniente de América Latina, y en menor medida de Asia y Oceanía, creció de forma significativa en el último semestre.

Por rama de actividad, cabe mencionar el crecimiento de la inversión en educación y en industrias manufactureras. Además, casi la mitad (49,4%) del aumento total de la inversión se explica por el incremento de la inversión en construcción y en actividades inmobiliarias.

Si se descuenta la inversión en ETVE (empresas tenedoras de valores extranjeros), por considerar únicamente la inversión productiva, el peso de la inversión en Cataluña respecto al total aumenta 12,5 puntos, hasta el 23,0% de la inversión productiva total. La Comunidad de Madrid abarca el 65,4% de la inversión total, y salvo Cataluña, ninguna comunidad autónoma supera el 5% del total de la inversión extranjera realizada en España.

Crecimiento robusto de la economía española

Los últimos indicadores analizados por Foment demuestran que España y Cataluña siguen presentando una recuperación robusta: se mantienen en la parte alta del crecimiento de las economías europeas con previsiones de crecimiento de entre el 2,5% y el 2,7% para el 2016, a pesar de la ligera moderación de la tasa de aumento del PIB en el tercer trimestre debido al agotamiento de algunos factores favorables como han sido, por ejemplo, el precio de la energía o las medidas de apoyo monetario. En la evolución de la economía española, destaca el impulso de la industria y el continuado incremento del sector servicios, así como la estabilización del fuerte crecimiento de la construcción.

La continuidad de la mejora en la actividad se percibe también en los datos de empleo y paro, tanto de la EPA como de afiliación y paro registrado, aunque la tasa de desempleo sigue siendo extraordinariamente elevada y que la creación de empleo indefinido presenta una caída notable. Sin embargo, en España, la creación de empleo en el último año ha supuesto el 40% del total de la zona euro, frente al 16% de Alemania, el 14% de Italia o el 27% del reino Unido. De seguir así, hay que prever una tasa de paro por debajo del 20% en España y del 15% en Cataluña a finales de 2016.

El crecimiento económico actual se caracteriza por la consolidación de importantes equilibrios macroeconómicos, lo que aleja cualquier riesgo de recesión: la ausencia de presiones de precios, el saldo positivo por cuenta corriente, el fuerte ajuste del déficit público y el crecimiento de la empleo, están siendo elementos distintivos de esta fase de recuperación del ciclo económico.

Del mismo modo, el sector exterior podría estar desarrollando un nuevo patrón, en la medida en que la recuperación económica está siendo consistente con un aumento muy importante de las exportaciones y del número de exportadores regulares, así como con una evolución también ascendente, pero no explosiva, de las importaciones, incluso considerando la rebaja de la factura energética.

Sin embargo, “persisten serios desequilibrios”, como el paro y el endeudamiento -secuelas de la crisis aún no resueltas- cuya reconducción requerirá políticas económicas que, por un lado, no reviertan los equilibrios alcanzados y que, por otra, continúen con las reformas estructurales necesarias para mejorar la competitividad de la economía.