El motor del modelo S4 es un ocho cilindros en V con una cilindrada de 4.2 litros, culata de cinco válvulas por cilindro, doble árbol en cabeza, movidos por cadena. Desarrolla una potencia de 344 CV y marca la diferencia en el segmento de las berlinas medio-altas. La caja es manual de seis velocidades. La mecánica destaca por el nivel de prestaciones y en cuanto al diseño, nada que añadir: su impacto es el que es y el que corresponde a la marca de los cuatro aros. La tracción integral es permanente a las cuatro ruedas.

Las relaciones de la caja son muy cerradas y muy precisas, lo que nos permite realizar una conducción segura, equilibrada y sin sobresaltos, dado su comportamiento dinámico y a la eficacia de sus sistemas de seguridad activa. En ese comportamiento juega un papel destacado las suspensiones y el tren de rodaje, de aluminio, que proporcionan un placer exquisito.

Este contacto con la versión Avant nos ha demostrado que el paralelogramo de cuatro brazos del eje delantero y el tren trasero con brazos trapezoidales nos proporciona una máxima precisión de la dirección, maniobrabilidad brillante y sobre todo adherencia y estabilidad en las curvas. El confort, es obvio, se beneficia del diseño de los ejes dado que la altura reducida de las masas no suspendidas contribuyen a esa respuesta de máxima sensibilidad de todo el sistema de suspensión.

Las carrocerías, tanto del S4 Berlina como la del Avant, destacan por su diseño deportivo, sus formas básicas y proporcionales. Los parachoques son más grande, con entradas de aire y pintados en el color de la carrocería, los faros de xenón, con la parte interior de las carcasas pintadas en color titanio y los espejos retrovisores exteriores en aluminio pulido. El panel de instrumentos tiene los relojes con fondo gris y agujas de marcación especiales. Los asientos, Recaro, son de ajuste eléctrico, sujetan muy bien y en desplazamientos largos se agradece su confort.