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Mejorar la gestión

Lo de Europa lo tengo claro y no lo tengo claro. Me explico: claro porque nos conviene tener una moneda única, ampliar nuestro mercado y por las subvenciones que nos han dado y las menores, que vengan. Y poco más. Y no lo tengo claro por que pretendan gobernarnos desde Bruselas o el parlamento europeo. Están muy lejos para saber lo que pasa aquí, nuestra forma de ser etc. -reflexionaba en voz alta mi amigo Don Contradictorio-.

- Me parecen lógicas tus ideas. Hay que tener presente que estamos dando los primeros pasos en la formación de la Unión Europea. Resulta ser un paso de gigante el que Europa no se vea desgarrada por guerras. Sobre esa base se debe construir, paso a paso, el resto que es enorme y durará varias generaciones.

- Pues esperaremos con calma –me contestó-.

- De acuerdo, le dije, pero no con pasividad porque como el mercado se ha ampliado, tenemos que ser cada vez más competitivos. Por ello tenemos una asignatura pendiente en la que no acabamos de calificarnos: la elevación de la productividad.

Esta asignatura debe de estar en el centro de las preocupaciones de una gestión de calidad. Te daré algunos tips, que son como verdades de Pero Grullo, pero no por ello deben de olvidarse:

En los procedimientos que determinan el funcionamiento de la empresa, no debe de haber actividades que se repitan inútilmente. Ese tipo de actividades restan eficiencia a proceso y disminuyen la productividad.

Constantemente debe de visualizar la posibilidad de aplicar procesos más productivos, teniendo muy presente los adelantos en las tecnologías y la aplicación de la informática, sin olvidar la presencia de nuevos materiales en el mercado.

Lo anterior implica la elevación constante de los conocimientos de los que participan de los procesos de producción y el constante estudio de aquellas novedades que se presenten en el mercado y puedan tener aplicación en las actividades de la empresa.

Utilizar en forma creativa el servicio de Control de la Calidad y aplicar las medidas correctoras necesarias.

Estimular con premios compensatorios al personal que por sus iniciativas alcance mejoras en la productividad. Destacar esos ejemplos es un estímulo para el conjunto.

- Con estos consejos que me estás dando, el cacumen se me está calentando, y además cae en verso. Así es mejor que pares tu ‘rollo’.

- Pues ya ves, mi amigo -le contesté- es esa también una ventaja de la Unión Europea: que hace pensar a gente como tu. Aunque tampoco se puede pedir que consiga milagros.

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Extremaluces y andameños

Andalucía y Extremadura, además de ser regiones vecinas, tienen otras muchas cosas en común; unas buenas y otras menos buenas. Por ejemplo, en lo que a tecnología se refiere, el consejero de Innovación, Ciencia y Empresa, Francisco Vallejo, aseguró recientemente que tanto Andalucía como la Junta de Extremadura “lideran claramente el apoyo al software libre en España e incluso en Europa, porque ambas defienden una estrategia que no consiste solamente en hacer eventos o impulsar actividad sino ejercer con su propio software”.

Por otro lado, sólo Extremadura y Andalucía fueron las regiones españolas que en 2002 tuvieron un Producto Interior Bruto por habitante inferior al 75% de la media de la UE; es decir, que cumplen el límite para estar incluidas en la categoría Objetivo 1 que percibe fondos estructurales. Según las cifras de la Oficina Europea de Estadísticas (Eurostat), Andalucía y Extremadura son las dos regiones más pobres de España.

Incluso en temas políticos, hay partidos que proponen que Extremadura y Andalucía “tienen que ser el contrapeso a los nacionalismos”. Javier Arenas hizo hincapié en un aspecto común entre ambas regiones, y es que, dice Arenas: “si bien sus habitantes están orgullosos de ser extremeños o andaluces, también lo están en la misma medida de ser españoles”.

Pero dejando a un lado los siempre conflictivos temas políticos, lo cierto es que andaluces y extremeños tienen mucho en común; hasta el punto de considerar, en muchas ocasiones, a Extremadura como una prolongación de Andalucía y a la inversa. Y para quien piense que una gran diferencia está en las playas y riberas, debe saber que Extremadura es la región española con más kilómetros de costa (1.500 Km de costa interior).

Por eso, aprovechando estas vacaciones, no estaría de más visitar y conocer esta región hermana que esconde zonas tan curiosas como La Siberia Extremeña. Conocida también como la Comarca de los Montes, es el territorio que ocupa el extremo nororiental de la provincia de Badajoz. Está situada en una encrucijada estratégica que limita con Toledo, Ciudad Real, Córdoba, Badajoz, Guadalupe y Trujillo.

La Siberia recibió este nombre por su alejamiento de la capital provincial y de los centros administrativos. En sus 2.736 kilómetros cuadrados de superficie viven unas 28.000 personas. Su densidad, de poco más de diez habitantes por kilómetro cuadrado, es la más baja de Extremadura. El Guadiana la atraviesa por el centro de este a oeste. Los embalses más destacados, que le dan el nombre de ‘Costa Dulce’, son los de Puerto Peña, Cíjara, Zújar y Orellana. El paisaje predominante es la penillanura de grandes dehesas, donde domina la encina, el árbol icono de Extremadura.

Es, precisamente, a este entorno virgen y tan similar al medio andaluz, hacia donde empieza a derivar el Turismo de Negocios e Incentivos en busca de nuevas sensaciones, recuperando así del recuerdo oficios como el de los pastores de majadas, en otros tiempos ensalzados por la Mesta; y tareas como la siega, la trilla, la matanza; o fiestas típicas como romerías y verbenas.

Surge así otra manera de diversificar la explotación de recursos naturales y culturales, ya no sólo a través del emergente turismo rural, sino que, utilizando como plataforma lúdica este tipo de actividades rústicas, desarrollando un turismo formativo en el que lo tradicional y añejo se convierte en un factor estimulante y motivador.

Extremaluces y andameños seremos pioneros también en este tipo de tecnología humano-empresarial.

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Balance de la integración de España en la Unión Europea: 1986-2006 (II)

La entrada de España y Portugal, el 1 de enero de 1986, supuso la tercera ampliación de la Comunidad Europea. Tras su ingreso España tuvo dos comisarios, Manuel Marín, que había participado en las negociaciones de adhesión como secretario de Estado, y Abel Matutes. Enrique Barrón se convirtió en el primer presidente español de la Eurocámara, puesto que ocupó también José maría Gil-Robles de 1977 a 1999 y que desempeña en la actualidad el socialista José Borrel.

Para los ciudadanos en general, la pertenencia a Europa ha supuesto mejoras en el bienestar y en la calidad de vida. Su integración permitió que España pudiera acceder a los fondos europeos. Su volumen suma más de 150.000 millones de euros en estos últimos 20 años. Son los fondos estimados para la agricultura (FEOGA), los destinados al desarrollo regional (FEDER), a la formación (FSE) y el fondo de cohesión (FC).

El sector agrícola y sus agricultores ha recibido importantes ayudas directas de la Unión Europea (UE), que representan entorno al 24% de la renta agraria anual. La financiación de las infraestructuras es otro de los frutos palpables de la integración. El Fondo Europeo de Desarrollo Regional ha proporcionado unos 40.0000 millones de euros. Su objetivo ha favorecido decisivamente el desarrollo de las infraestructuras y ha ayudado a las regiones más deprimidas a corregir las desigualdades.
En 1986, España contaba con 773 km de autovías gratuitas, hoy son 6267 km, cuatro de cada 10 kilómetros de estas autovías han sido financiadas con fondos europeos. Así mismo han financiado parte de la red ferroviaria de alta velocidad, creada a partir de 1992: Madrid-Sevilla; Madrid-Lérida y Madrid-Toledo. De cada 100 euros invertidos en España en ferrocarriles 38 se han costeado con dinero procedente de Europa. Algunos de los proyectos más importantes que se han puesto en marcha en el periodo 2000-2006 también han sido financiados por la UE: línea Ave Córdoba-Málaga; autovía de la Plata en Extremadura; desaladora de Carbonera (Almería); línea Ave Madrid-Segovia-Valladolid; la ampliación del Recinto Ferial de Barcelona y la ampliación del Puerto del Ferrol.

El Fondo de Cohesión es otra de las ayudas de las que se ha beneficiado España en estos años. Se empezó a percibir a partir de 1993 y hasta ahora se han recibido unos 12.000 millones de euros.

Su objetivo era ayudar a España a conseguir superar el 90% de la renta media de la UE, financiando parte de los proyectos: línea Ave Madrid-Barcelona; ampliación del Puerto de Barcelona, Puerto de Gijón y el Puerto de Langosteira en la Coruña; abastecimiento de agua a Zaragoza; presa de los melonares en Andalucía, entre otros.

El balance económico de la relación de Andalucía con la UE desde la adhesión de España puede calificarse como positivo. En estos 20 años Andalucía ha venido incrementando su participación en el conjunto de la economía española, reajustando su estructura productiva para acercarla a la que es predominante a la escala nacional y europea. La incorporación a la UE ha permitido superar, aunque sólo sea parcialmente, limitaciones estructurales de Andalucía, que suponían un obstáculo constante al proceso de desarrollo: el progresivo agravamiento de las disparidades comarcales y concentración de la renta; como consecuencia de los dos problemas anteriores, la región presenta una fuerte dependencia de las ayudas públicas, que restan dinamismo a su sistema económico y su modelo de desarrollo, basado en la explotación de sus recursos naturales y medioambientales, está próximo a agotarse sin que se haya definido y evaluado un modelo alternativo que lo sustituya.

Así, los flujos financieros de la UE han permitido mejorar, las dotaciones en infraestructuras tanto de transportes como de producción, multiplicando la capacidad de inversión pública regional, reducir los niveles de desempleo y mejorar de forma notable tanto la renta personal como la sectorial.

Estos efectos positivos, que pueden cuantificarse, se complementan y refuerzan con otros de carácter cuantitativo que también pueden observarse a partir de la incorporación al proceso de construcción europea. Entre ellos, cabe destacar el reforzamiento de la autonomía regional, por la incorporación de esta región a procedimientos de gestión y programación en coordinación con otras Administraciones, el reforzamiento de la potencialidad regional por la pertenencia a un entramado supraregional de enorme importancia a nivel mundial o la inclusión progresiva de los actores regionales en redes de información, comercialización o producción.

A pesar de todo ello, las debilidades endógenas de la región no han permitido que el impacto real de algunas de los principales efectos positivo de la adhesión alcance toda la importancia que cabría esperar. Por eso, debería destacarse la presencia en Andalucía de sectores y territorios que no han aprovechado suficientemente los recursos disponibles para su modernización. Por esta razón no se ha logrado reducir de manera significativa las disparidades internas de la región.

La convergencia económica de Andalucía con respecto a la UE ha sido evidente: Andalucía ha crecido y mejorado las condiciones materiales de vida de su población desde su incorporación a la UE. Sin embargo, los resultados no son todo lo satisfactorio que cabría esperar. No se ha aprovechado al máximo las posibilidades que se le han brindado. Así aunque ha mejorado en término de convergencia real, el ritmo al que lo ha hecho no corresponde con la cuantía de los recursos que ha recibido. Cabe esperar que el paso de los años permita que los resultados de inversión y reajustes estructurales que se están observando en la actualidad, generen los resultados positivos que, dado el nivel de apoyo que recibe, deben producirse.

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¿John Field predecesor de Chopin?

Donde hay música no puede haber cosa mala (Cervantes)

Allá por la década de los cincuenta, escribía bajo este mismo título un artículo en el que mostraba mi curiosidad por un músico al que se atribuye la paternidad del nocturno para piano, aunque se dé la paradoja de que sólo se conozca su nombre mas no su música, ausente sempiterna de los programas de conciertos. En efecto, mucho se ha escrito en torno a la influencia que la obra del compositor irlandés John Field, nacido en Dublín en 1782, ejerciera sobre Frédéric Chopin, especialmente en la creación, como digo, de esa miniatura pianística impregnada de lirismo nostálgico conocida como nocturno y que, inevitablemente, asociamos al gran músico polaco.

Field, educado en el seno de una familia de músicos y discípulo predilecto de Muzio Clementi, el profesor de piano más reputado de la época, simultaneó su aprendizaje como probador en una casa de pianos (había de tocar durante horas para mostrar las excelencias del instrumento) con la de concertista, una actividad aún incipiente que eclosionaría con inusitado esplendor a lo largo del siglo XIX. Field conoció pronto la fama y el éxito, sobre todo al establecerse en San Petersburgo y sentirse apreciado por la aristocracia, mas también la penuria y la enfermedad, consecuencia ésta de una vida más que azarosa. Su quebrantada salud le obligó a pasar una larga temporada en un hospital de Nápoles, hasta que fue recogido por una familia rusa, marchando con ella a Moscú donde acabó sus días en 1837.

Pianista de transición entre el fortepiano / pianoforte y el piano, entre el mundo del salón y de los conciertos, Field perseguía tenazmente, al igual que Chopin, la composición y el virtuosismo a través del piano, y sus intentos de obtener un sonido romántico y velado del instrumento influirían de manera decisiva en el complejo y sutil empleo de los pedales. Cuando escucha a Chopin en París, en 1832, definiéndole como ‘talento enfermizo’, Field, seguramente arrastrado por los celos, enfermo y dominado por el alcohol, se siente tal vez desconcertado al ver a aquel joven cosechar los elogios que cierto día fueran para él.
Lo mejor de los nocturnos de Field -algunos de ellos realmente bellos - lo constituyen sin duda sus imaginativas versiones del bel canto para piano, ya que, tanto él como Chopin, al decir de Alan Rich, “no se inspirarían absolutamente en el piano, pero sí en el estilo de la ópera italiana, que influía poderosamente en los gustos europeos de las primeras dos décadas del siglo XIX.” La canción de amor de Almaviva, en el primer acto de El Barbero de Sevilla, de Rossini, o la primera parte de la Casta Diva de Norma, son ejemplos de la génesis del nocturno para piano, a través de dilatadas y anhelantes melodías “de rasgos suaves y disonantes” que presagian una música que, aún asentada en una base clásica, evoluciona frecuentemente hacia pasajes un tanto experimentales y vanguardistas.

Obviamente, al referirnos al nocturno para piano hemos de dirigir nuestra mirada hacia Chopin, músico de impronta singular, reconocido universalmente como genuino representante del romanticismo pianístico, aunque muchos intérpretes, obsesionados por el exhibicionismo y los juegos de artificio, nos hayan trasladado una visión edulcorada y superficial que, es de justicia admitir, ha desvirtuado la esencia de una música sutil, plena de delicadeza y originalidad.

Mas, volviendo al tema principal que hoy nos ocupa, y pese a encontrarnos en una época en la que tantos autores son sacados del ostracismo en el que han permanecido, quizás injustamente, durante décadas, tengo la amarga sensación de que, hoy como ayer, una especie de niebla extraña y misteriosa envuelve la música de Field, apartándola de recitales y salas de conciertos en una ausencia tan secular como inexplicable. Alguien podrá argumentar que el tiempo, juez insobornable, se encarga de poner a cada uno en su sitio y que, quizá, la obra de Field, expresión de un momento fugaz, carezca de los valores universales que distinguen a las obras imperecederas, por todo lo cual debería continuar su letargo en ese poblado mundo de ‘ilustres desconocidos’.

NOTA.- Me permito recomendar a aquellos que deseen acercarse a la producción pianística de John Field la audición de sendos CDs editados por Naxos en un excelente registro de Benjamin Frith.

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Periodismo y pedagogía (II)

Partiendo del supuesto de que todo aquel que se dedica a tareas literarias y periodísticas está sometido, ya sea por negligencia o por mera ignorancia, al implacable imperio del error, parece conveniente iniciar una especie de ‘peregrinación’ por aquellos lugares por los que transitan e incluso hallan cobijo , en abigarrada compañía, metonimias y metáforas mal avenidas, redundancias, solecismos, anacolutos y demás figuras más o menos retóricas.

No obstante, nada nuevo hay en esta inquietud, estrictamente pedagógica -“enseñar es repetir”, decía el doctor Marañón- por sacar a la luz tanta agresión cotidiana al idioma y tanto atentado al sentido común. Estudiosos de la lengua, ensayistas y escritores solventes (pienso en Emilio Alarcos, Manuel Alvar, García Yebra, Gregorio Salvador, Rodríguez Adrados, Javier Marías o el añorado Lázaro Carreter ) han contribuido a la saludable tarea de ‘desfacer entuertos’ lingüísticos, lo que viene a justificar, en cierto modo, este ‘afán redentor’ que me impulsa a continuar la estela de tan ilustres predecesores.

Iniciaremos nuestro recorrido por aquellos verbos que padecen una deformación crónica, tal como ocurre con ubicar, empleado a troche y moche, pues hoy todo está ubicado: “… este año la Semana Santa se ubica en abril”, o “los hinchas del equipo rival se hallan ubicados en la zona tal”, verbo que reemplaza, sin motivo razonable, a ‘estar situado’, ‘estar instalado’ , ‘encontrarse en algún lugar’; reiniciar, para indicar que algo prosigue tras una pausa, y que no se ha suspendido en el momento de iniciarse, es ‘reanudar’, sin más; cesar, verbo intransitivo, se convierte en ‘destituir’ si nos referimos, pongamos por caso, al gerente de una empresa, que ‘ha cesado en sus funciones’ o bien que ‘ha sido destituido’, y no ha sido cesado; en cuanto a demandar, verbo procedente del latín, de donde pasa al francés y al inglés, debe interpretarse, salvo en un contexto jurídico, como ‘exigir’ o ‘solicitar’, junto a sus derivados, ’exigencia’, ‘solicitud’ e incluso ‘petición’, aunque la Seguridad Social, en las citas para sus diferentes servicios, hable de demanda clínica o de enfermería.

¿Y qué decir de priorizar y de su parientes próximos prioritario y prioridad, repetidos todos ellos hasta la náusea? ¿Por qué no ‘conceder preferencia’, ‘dar preferencia’ o incluso ‘dar prioridad’? Como en tantos otros casos, es pura pedantería, obsesión por innovar a partir de galicismos y anglicismos que, piensan algunos, dotan al discurso de cierto tufillo de ‘modernidad’. Muy frecuente es también la confusión entre deber y deber de, si bien el primero expresa obligación (“Debo levantarme temprano”), en tanto que el segundo denota probabilidad, algo que quizás ha sucedido o sucede (“Juan debe de estar descansando, como de costumbre”).

Otro virus que ha invadido nuestra parla ha sido el uso sistemático del infinitivo en alocuciones y demás actos públicos, en los que el presunto orador, emulando a Tarzán o a aquellos indios malvados de las películas, inicia solemnemente su intervención con “(Sólo) decir / agradecer / añadir / señalar que …”, omitiendo el verbo principal dependiente: “Quiero / deseo agradecer / añadir …”, o bien, “hay que / es preciso agradecer que …”. Y siguiendo con el tema de verbos incorrectamente empleados, nos topamos con escuchar, en especial cuando algún impaciente interlocutor, normalmente en el autobús o en una sala de espera y, casi siempre, pegado a nuestra oreja, profiere aquello de “¡No te escucho! o “¡No se escucha bien!”, que viene a ser algo así como si dijera “No miro bien”, por “no veo bien”. Resulta innecesario aclarar que oír y ver, a diferencia de escuchar y mirar, carecen del sentido de voluntariedad que distingue a estos últimos.

Otra moda preocupante es la difusión de lo que puede denominarse ‘condicional de la presunción’, esto es, del rumor que rodea un determinado suceso o acontecimiento, un galicismo mediante el cual se formula una información que se presenta con reservas:“un cigarrillo mal apagado estaría en el origen del incendio”, cuando lo procedente sería: ‘Al parecer …’, ‘Se asegura que …’, ‘Se dice que ….’. Como puede apreciarse, el idioma es tema de permanente actualidad y, por fortuna, fuente de polémica.

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La importancia de la protección de datos en la empresa

Hace unos años, con la entrada en vigor e implantación de la Ley 31/1995, de 8 de noviembre de Prevención de Riesgos Laborales y su correspondiente Reglamento de Servicios de Prevención según RD 39/1997 de 17 de enero, causó un cierto desconcierto e incertidumbre entre el empresariado en general, sobre todo entre la pequeña y mediana empresa.

Ante la exigencia de esta Ley, poco a poco las empresas de uno o dos trabajadores se han ido concienciando de la importancia que puede llegar a tener la prevención en el funcionamiento de la empresa. A veces esta conciencia empresarial ha ido ligada a la posible sanción por parte del Ministerio Trabajo de Asuntos Sociales, en caso de no disponer del mismo.

Algo parecido esta ocurriendo con la implantación de la Ley Orgánica de Protección de Datos de Carácter Personal -LOPD 15/1999-, de 13 de diciembre. Esta Ley desarrolla una serie de obligaciones, que deberán cumplir todas aquellas empresas y organizaciones que trabajen con ficheros de datos de carácter personal.

Se podría entender que esta Ley protege las actuaciones graves de delincuencia a nivel informático. Asimismo, y en cuanto a su ámbito de actuación la LOPD se aplicará a todos aquellos datos de carácter personal incluidos en soportes físicos, tanto públicos como privados, siempre y cuando sean susceptibles de ser tratados a nivel informático.

Cualquier empresa que se precie, por pequeña que sea, se verá afectada directa o indirectamente por la LOPD.

Un despacho profesional de abogado, economista, arquitectura u otra actividad, dispone de gran cantidad de ficheros informatizados con datos personales referentes a terceras personas, debiendo estos ser protegidos en todo momento.

Nombres, apellidos, números de identificación fiscal, direcciones, teléfonos, situaciones familiares, hijos, ascendientes,... etc. Son algunos de los muchos datos que se tratan en relación a clientes, proveedores, empleados... utilizados en cualquier despacho profesional o empresarial.
Según la presente Ley, se establecen tres niveles de seguridad, en función de la naturaleza de la información tratada, garantía de confidencialidad la información e integridad de la información tratada, siendo estos los siguientes:

l Nivel básico.
l Nivel medio.
l Nivel alto.

Según la LOPD son datos especialmente protegidos los relacionados con la ideología, creencias, salud, religión, ... además de los relacionados con infracciones penales y/o administrativas.

El registro de ficheros se realizará en la Agencia de Protección de Datos, debiéndose adecuarse dichos ficheros en el plazo de tres años a contar la fecha de entrada en vigor de la LOPD 15/1999. En caso de ficheros no automatizados el plazo será de doce años, teniendo en cuenta la fecha de entrada en vigor de la Directiva comunitaria 95/46/CE (24 de octubre de 1995).

Lo que más impone de la LOPD es el capítulo dedicado a sanciones e infracciones. Aquí es donde hay que pararse un poquito y reflexionar más seriamente sobre si merece la pena o no establecer un sistema legal de protección de datos en cada una de las empresas afectadas por la Ley.

Infracciones leves: multa entre 601,01 euros y 60.101,21 euros; infracción rave: multa entre 60.101,21 euros y 300.506,05 euros; infracción muy grave: multa entre 300.506,05 euros y 601.012,10 euros.

Con la esperanza de que el sistema sancionador sea complaciente con las empresas y profesionales, y se vaya implantando poco a poco la nueva Ley Orgánica de Protección de Datos, con una sanción de este tipo, más de uno puede verse ‘debajo del puente’ de un día a otro.

Desde el punto de vista empresarial, este puede ser un buen momento de adaptarse a la Ley, con un valor añadido ante la competencia: calidad y seguridad en el servicio prestado.

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Pagar por hablar

Y es que la buena fe de los ciudadanos no tiene límite, no pasa día, sin que nos sorprendan con nuevos negocios creados por espabilados, de los que se asoman a la ventana de la vida sólo para descubrir como birlarle la cartera al vecino, eso sí, de forma disimulada y con el beneplácito de la administración.

Uno de los últimos trucos, fruto de la picaresca de esta mente humana, que no para, es el invento de las llamadas de participación en concursos varios, a un euro/minuto.

Confieso mi prevención absoluta hacia todos las empresas de telecomunicación, que nos están enloqueciendo con ofertas, conexiones y luego problemáticas desconexiones, pues aún defendiendo a ultranza la libertad, lo hago a menudo como jurista-especialmente en el entorno mercantil- no debería ser admisible que mediante dudosos señuelos de concursos difíciles de controlar, se pretenda sorprender la buena fe del ciudadano de a pie.

Están proliferando infinidad de programas concurso de esta caja tonta,cada dia lo es más, que enganchan a medio país y que pretenden dar a muchas personas los minutos de gloria y notoriedad que se le niega a menudo en su trabajo o en su familia, a base de darles la oportunidad de opinar, votar o salvar, no sé de quien, supongo que de los mismo productores, a cambio de una llamada diez veces superior a su precio normal.

Creo sinceramente que con esta práctica, se están entrando en una dinámica peligrosa, porque pagar por dar una opinión, nada tiene que ver con los auténtico derechos de una sociedad democrática, es como si tuviéramos que dar propina cada vez que alguien nos indica una dirección en la calle, o que existiera un impuesto por tomar el sol.

Sabemos algo, de la perversión sin límites del marketing, que ha ido degenerando desde su objetivo primario, o sea cubrir necesidades que mejoren de alguna forma la vida del ser humano, hasta provocar otras nuevas, engendradas desde la infancia, que es la etapa en que somos dependientes y aún conservamos ciertos valores de cuna, a fin de proyectarles a otros valores básicamente hedonistas, que marcan a partir de la adolescencia, la vida de nuestros hijos, hacia un irrefrenable camino de éxito o fracaso, en función de su capacidad o incluso su talento para ganar dinero, en vez de dirigirlo hacia su propia felicidad.

Los juristas sabemos mucho sobre escribir clausulados en letra pequeña, la intención es bastante obvia y en la tele, normalmente ocupan poco más de un 5 % de la pantalla, también aparece el coste de la llamada, pero eso, no legitima, al menos moralmente, la publicidad engañosa que lleva a mucha gente, incluso a niños, ancianos o gente de paso-los que no pagan- a utilizar el dichoso teléfono para dar su opinión.

Ciertamente, no podemos evitar el mercantilismo galopante de nuestra sociedad, que la tecnología y la globalización, con ese gran bazar universal, llamado internet, están favoreciendo, sin que nadie sepa con que valores puede al menos controlarse, pero afortunadamente, en los foros de la galaxia virtual y gracias a la comunicación, podemos encontrarnos y compartir nuestra opinión de otra forma, porque seguimos siendo dueños de nuestro tiempo y de nuestra libertad para gastarlo.

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Tirar de la manta

Si malo era dormirse en los falsos laureles de una cama, calentita para algunos, peor va a ser el resfriado que vamos a pillar todos y, sobre todo, mala pinta tiene la perspectiva de quién pagará después las medicinas. Porque tirar de la manta, hay que tirar. No queda más remedio. Por el bien de la Democracia y del Estado de Derecho. Y, claro, sucede como al levantar la alfombra: toda la suciedad acumulada a escondidas termina por verse y, lo quieras o no, llega un momento en el que hay que limpiarla si no queremos convertir el salón de la casa en un vertedero.

En ello andábamos hoy en el tabanco. Hacía calor y apetecía refugiarse en su sombra. En el patio, que es como la rebotica de este santa santorum, y que está a la espalda del tabanco, con parra reverdecida y suelo de albero nos reunimos los de siempre, y no había modo de cambiar de tercio. Cuando no era Marbella, era lo del Hotel del Algarrobito y todo el tinglado urbanístico de las costas andaluzas, o lo del concejal de Sanlúcar de Barrameda, o lo de las facturas de no sé qué, las comisiones de no sé cuantos, o lo de Tierra Mítica, que ahora se mueve sabe Dios por qué. En fin, que el pobre Antonio se iba calentando por minutos. Y para colmo, su suegro tenía algún dinerillo invertido en sellos y se había quedado -como todos los de Afinsa y Forum Filatélico- compuesto y sin novia. “Yo es que ya no me fío ni de mi sombra”. Y no había quien le convenciera de que al igual que no todo el monte es orégano, tampoco todo el campo es cizaña. Pero, no había manera. Y aunque el nombre de Julián Muñoz era el que más salía por la acumulación de tarjetas amarillas, la suciedad de la alfombra se teñía de todos los colores. “Y es que, ¿quiénes son estos personajes que gobiernan nuestras vidas?” Se encendía Antonio, su cuello se hinchaba, las venas se le dilataban y arremetía con todos. Así que dejé mi copa de oloroso a medio consumir y me volví a mi casa.

De vuelta intenté recuperar el aliento, dedicándome a mirar escaparates. Porque la punta del iceberg no es más que la punta, desgraciadamente, y es mejor ni mirarla. Vista a otro lado y a tirar para adelante, esperando que no se caiga el tinglado y, en todo caso, que seamos lo suficientemente tontos como para creernos por enésima vez el cuento de caperucita roja sin descomponer el gesto, por el bien de todos, como decía Felipe. Cuando se me acaban los escaparates, me retumba en la cabeza, como me retumban las sienes cuando me agito, las preguntas de mis contertulios.

¿Es que nadie preveía lo que iba a ocurrir en Marbella? ¿Por qué no se tomaban cartas en el asunto? ¿Sólo estaban equivocados los que dieron las licencias al Hotel del Algarrobico? ¿Quién paga ahora los platos rotos? ¿Es que nadie en la Junta sabe lo que está pasando en los pueblos andaluces en materia de urbanismo? ¿Y si lo sabe, por qué no interviene? ¿Y quién controla a los controladores? ¿Todo este tinglado que hemos montado, que nos cuesta un huevo de euros, sirve para algo? ¿Nos garantiza derechos y evita corrupciones evidentes? ¿Qué está pasando en los demás ayuntamientos que no se llaman Marbella? ¿Se sabe ya o se esperará a saberlo cuando debajo de la alfombra ya no quepa más basura?

¿Y quién paga ahora las medicinas? ¿Los ahorradores que pusieron sus euros para asegurar una pensión más digna? ¿Y qué pasa con los empleados de Afinsa y Forum Filatélico, que se van a la p. calle? Por eso, la pregunta de Santiago Herrero, el presidente de los empresarios andaluces, tiene más calado del que a primera vista aparece, aunque en este país de necios anestesiados no nos queramos enterar. Aquello de ¿por qué la Junta de Andalucía no ha atajado antes lo del Hotel de Carboneras? ¿Pagará los platos rotos a los empresarios que invirtieron? ¿Los pagará a los que ya no ocuparán en él un puesto de trabajo? Convendrá hacerse preguntas. Porque la inquietud la siembra otra: ¿cuánto saben que no dicen, cuánto conocen que no intervienen, cuánta suciedad creen ya acumulada debajo de la alfombra? O ¿van a intervenir cuando ya la familia haya cogido la gripe y no haya quien pague entonces las medicinas? Y, mientras tanto, ¿se lavarán las manos? ¿Pagarán el jabón después? O a lo mejor es que aquí somos tan torpes que no nos enteramos de nada, a ver si va a ser verdad que el marido es el último en enterarse. Lo cierto es que hoy leo en los periódicos que algunos empresarios se van para otro sitio. Razones tendrán digo yo.

Y es que cuando me pasó otra vez por la cabeza, lo de Marbella y similares, y las declaraciones de los empresarios y la compostura, ahora, de la Junta, saltó otra pregunta y me vinieron ganas de huir a algún interesante libro que me librara de mis pesadillas. ¿Qué es antes, el huevo o la gallina? Es decir, ¿quién es más culpable, el empresario que paga la comisión -si es que es verdad que se pagan como pregona el clamor popular- o el político que la admite con supuesta complacencia -como dicen que pasa, que yo soy torpe y no entiendo de esas cosas-, quién los sabe y se calla? En fin que como no tenía más capacidad de digerir preguntas, y éstas son sólo producto de una mente desmañada como la mía, me marché a mi casa a dormir. Fue inútil, estuve la noche en vela. Hoy, volveré al tabanco, que con pan y vino se anda mejor el camino.

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Signos visuales urbanos a la velocidad de la automoción

Cuando llega el calor siento la necesidad de escribir temas más refrescantes, lo que para mí, en esta columna, supone no relatar al dictado de documentaciones y preocupaciones político sociales, sino soltar la pluma, (el word quiero decir), sobre co...
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El mes de las palabras

Cuando la imagen se va, presa de la indefensión de la memoria, acuciada por el paso del tiempo, llega la palabra, con su acierto, su agudeza, su libertad, su atino y su desatino, su dolor y su alegría, en esa recreación de la realidad de la que sól...
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Los nuevos escenarios del sistema financiero

En los últimos años, tras la liberalización de capitales y la consecución de una moneda única se está produciendo un proceso de desregulación y liberalización que está afectando directamente a la competitividad bancaria. Este factor, unido a l...
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Gestión de calidad y seguros

Una buena gestión -de calidad- en una empresa, debe considerar detenidamente el amplio campo de actividades que los seguros puedan merecer aplicación y la mejora que esa aplicación pueda significar para atraer a más clientes. En estos términos hablaba con Don Contradictorio.

- Pues yo te digo -me contestó- que eso de los seguros lo que hace es encarecer las ofertas, y los seguros -en la práctica- para nada sirven.

- Es esa una opinión bastante extendida y quizás se justifique porque las compañías de seguros no hacen ver la importancia de su actividad o porque aplican tarifas muy elevadas y reducen así su posible numerosa clientela. En España estamos aún atrasados en relación con otros países europeos y no digamos si nos comparamos con los EEUU o Canadá, en la utilización de los seguros.

Un amigo pidió ofertas para una mudanza de ciudad a ciudad. La más barata era una que para nada había considerado el seguro. El amigo optó por la que incluía el seguro. Le salió bien porque le compensaron por deficiencias en la manipulación. Lo mismo puede suceder en el transporte y entrega de equipos. En otras actividades en las que se utilicen grúas estar protegidos por un seguro es fundamental. Así te mencionaría prácticamente todo tipo de montajes. En algunos casos los seguros son preceptivos.
- Sí, sí, todo lo que quieras, pero para mí, las que hacen el negocio son las aseguradoras. Se forran a ganar dinero.

- No soy yo el que te va a contradecir, porque sí ganan dinero… menos cuando hay una catástrofe que en casos pierden hasta el gorro. Te diré que cuando hago un seguro lo que deseo es que no tenga que usarlo. Pero asi estoy yo más tranquilo y mi cliente también. Eso de los seguros es algo parecido de lo que se hace al llevar el paraguas aunque han anunciado que no va a llover, pero está medio nublado.

- Para mí -contestó Don Contradictorio- los que se cubren con seguros es que “son gafes”.

Y con ese su equivocado criterio, se quedó “tan pancho”.

Es evidente que con gestores de empresa con esta mentalidad a “la antigüita” las compañías de seguros debían hacer un esfuerzo de convencimiento y con ejemplos y números en la mano demostrarles la conveniencia de asegurar muchas de las actividades de sus empresas en las que los riesgos no son grandes pero que pueden afectar a la cuenta de resultados, por las pequeñas pérdidas que sufren. Pero también puede afectar y es lo más importante, al buen nombre de la empresa. La gestión de calidad va por la senda de usar los seguros donde sea necesario y dar así garantías al cliente.

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IDEAS

Errar es de sabios

En un estudio que se hizo en 1995 con los ganadores de medallas olímpicas se comprobó que los ganadores de las medallas de plata se sentían, en general, menos satisfechos que los ganadores de las medallas de bronce. ¿Cómo era posible? Sencillamente porque unos miraban hacia arriba y pensaban en lo que podrían haber conseguido, mientras que los otros, los del bronce, miraban hacia abajo y veían lo que evitaron. Esta diferencia de percepción influye también en su modo de actuar, así mientras que unos se esfuerzan en aprender qué hacer en el futuro para alcanzar el oro, los otros aprenden qué no deben hacer para evitar ser cuartos.

Otro ejemplo curioso lo encontramos en los pilotos de combate. Estos profesionales del riesgo tienen pocas posibilidades de aprender por el procedimiento de ensayo y error; de manera que, además del entrenamiento con simuladores, aprenden analizando ‘a posteriori’ situaciones que implicaron un alto riesgo.

En otro estudio realizado con pilotos se observó que los que trabajan para una compañía aérea o en el ejército, al comentar una situación de riesgo tendían a achacar las causas del mismo a factores externos. En tal caso podríamos considerar que el aprendizaje es prácticamente nulo, puesto que al ser el factor de riesgo ajeno a la persona, no hay posibilidad de control. Sin embargo, los pilotos privados tendían a aportar una visión más personal haciendo una búsqueda más exhaustiva de las causas, lo que suponía un mayor aprendizaje con cada nueva situación. La razón que encuentran los expertos para explicar esta diferencia de actitud ante hechos similares está en el grado de dependencia que supone formar parte de una jerarquía. Es decir, el hecho de tener un jefe a quien tener que rendir cuentas, hacía que militares y pilotos comerciales eludiesen asumir responsabilidades. Conclusión: las estructuras jerarquizadas dificultan el aprendizaje personal.

En nuestra injusta sociedad la estigmatización del error nos lleva hasta el punto de utilizarlo como un elemento de referencia. Un fallo se convierte inmediatamente en una etiqueta que identifica a quien lo comete, señalado por quienes parecen presentarse como inmunes al error. Aunque el individuo es responsable de sus actos, ya que actúa de acuerdo con su experiencia y conocimiento, lo cierto es que las condiciones externas son dinámicas y cambiantes y, por lo tanto, cualquiera puede llegar a equivocarse.

Solemos errar mayormente por culpa de las prisas, por falta de información o por la forma de evaluar una situación concreta. El exceso de confianza también lleva a errores, como le ocurrió a Napoleón en la Batalla de Waterloo pero, si dejásemos de hacer determinadas cosas por temor a equivocarnos, nadie llegaría a ocupar cargos de importancia en los que es necesario tomar decisiones.

En realidad, los intentos fallidos generan un conocimiento que no se habría alcanzado de no haberse equivocado en el primer intento. Se dice que Thomas Alba Edison se equivocó muchas veces antes de inventar la bombilla y que Albert Einstein pasó muchas horas de ensayos y errores antes de llegar a la célebre fórmula de la relatividad. Incluso, hay muchos inventos que han surgido de errores, como el post-it, el walkman; se dice que también el tocino de cielo, el vino, etc.

Algunos consejos para sacar partido de nuestras equivocaciones son: 1- Acepta lo que ya pasó y piensa qué puedes hacer para corregirlo. Pregúntate qué has aprendido con esa experiencia. 2- No te culpes. No te castigues por algo que no podías saber de antemano. Que no te condicione a la hora de volver a tomar una decisión. 3- Considera el error como un aviso. Quizá una multa de tráfico puede ser una advertencia para cambiar el estilo de conducción y evitar un accidente. 4- No temas la equivocación, puede dar lugar a que no te atrevas a decir lo que sientes o piensas. 5- No critiques los errores de los demás y aprende también con ellos. Piensa qué habrías hecho tú en su lugar.

A veces pensamos que los errores representan un fracaso, pero en realidad suponen una valiosa herramienta que nos permite hacer cambios, mejorar y superar nuestras limitaciones. Errar nos hace más sabios.

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IDEAS

¿Qué le ocurre a la Unión Europea? (III)

El 20 de febrero de 2005 se cumplió el primer aniversario del referéndum español sobre la Constitución Europea, que levantó grandes expectativas. Cabe preguntarse qué es lo que ha pasado con los resultados del mismo, cómo se ha gestionado el ‘si’ y en qué circunstancias concretas se encuentra el proceso político y cuáles son las perspectivas futuras. En un año ha cambiado completamente la percepción de la opinión pública en torno al futuro de Europa. Se ha pasado de la percepción de un claro apoyo al proyecto constitucional europeo a decir que la Constitución estaba muerta y, ahora, a sostener que empieza a resucitar.

Las dificultades que surgieron con la ratificación no se debieron a la redacción concreta del Tratado Constitucional, ni a su alcance y contenido, sino que se trata de un problema básicamente francés y neerlandés, y en esa medida europeo y no al revés. En relación al proceso político europeo, se debe a la percepción de que el sistema político actual no resuelve los problemas concretos de los europeos

A pesar de los ‘noes’ francés y holandés a ratificar el Tratado Constitucional, los europeos, mayoritariamente, han dejado claro su apoyo al mismo. En febrero de 2006, son prácticamente 14 los Estados miembros que ya han logrado la ratificación (Lituania, Hungría, Eslovenia, Italia, Grecia, Eslovaquia, Bélgica, España, Austria, Alemania, Letonia, Chipre, Malta y Luxemburgo). El Parlamento Europeo también ha mostrado su apoyo a este proyecto a través de dos resoluciones. Por ello, el mandato de los pueblos europeos no es que esta Constitución no puede entrar en vigor, sino que debe entrar en vigor, ya que una mayoría de Estados (14) y una mayoría de ciudadanos (234 millones de 453) han mostrado su apoyo directo o indirecto a la entrada en vigor de la Constitución Europea. Incluso teniendo en cuenta a los ciudadanos que han votado en referéndum (España, Francia, Países Bajos y Luxemburgo), 26,6 millones de europeos han apoyado la vigencia de la Constitución, contra 22 millones que han votado no.

Aún quedan nueve Estados por pronunciarse, de los cuales seis los harán previsiblemente a través de referendos (Dinamarca, Polonia, República Checa, Portugal, Italia y Reino Unido) y otros tres por la vía parlamentaria (Estonia, Finlandia y Suecia). Ellos también han de tener su oportunidad de aprobar o rechazar la Constitución Europea. Así, en términos europeos, no Estado por Estado, son una mayoría aplastante los europeos que quieren la entrada en vigor inmediata del Tratado Constitucional.

El Tratado, en contra de lo que a veces se dice, surge de la necesidad de dar respuesta a los cuatro problemas estructurales básicos que tiene la Unión Europea: democracia, eficacia, presencia en el mundo y solidaridad. El Consejo Europeo (reunión de Jefes de Estado) ha reconocido que este Tratado es el fruto de un proceso colectivo destinado a dar la respuesta adecuada para un funcionamiento más democrático, más transparente y más eficaz de una Unión Europea ampliada y en constante crecimiento.

La no ratificación de la Constitución presenta importantes costes, tanto desde el punto de vista político interno e internacional que Europa no puede permitirse, y que no sirve más que para agravar la situación. Si se pretende por parte de las instituciones y un gran número de Estados miembros de restaurar la confianza de los ciudadanos a través de que la Unión ofrezca resultados, es necesario recalcar la necesidad de tener un nuevo marco constitucional que permita dar respuesta a los nuevos problemas de una Unión Europea con más de 25 Estados y a los retos de la globalización económica que define la primera década del siglo XXI.

En los últimos meses se han producido una serie de señales políticas nuevas, por lo que puede vislumbrarse a lo lejos la salida del laberinto. Así el Consejo Europeo de diciembre de 2005 ha logrado, finalmente, aprobar las Perspectivas Financieras de la Unión Europea (presupuestos). A la vez, se constata la necesidad de ‘más Europa’ y el propio Consejo Europeo ha acordado la necesidad de crear una política común de migraciones y una política común de energía.

En ese mismo Consejo Europeo se ha clarificado el liderazgo del nuevo gobierno alemán (presidido por Ángela Merkel) y se han clarificado las incógnitas sobre cuáles son sus preferencias en relación a Europa.

Además, el 19 de enero de 2006, el Parlamento Europeo aprobaba una nueva resolución sobre el periodo de reflexión en que se encuentra el proceso de ratificación y muestra su apoyo a que la Constitución entre en vigor antes de 2009. Igualmente se avanza, en cierta manera, respecto a los posibles calendarios para la aprobación del Tratado Constitucional como han anunciado los gobiernos alemán y portugués, que ocuparán la Presidencia europea en el 2007.

Por consiguiente, para salir del laberinto de ratificación es necesario avanzar en la resolución de la crisis del proceso político. Esta crisis tiene un componente europeo y otro nacional, especialmente francés y neerlandés. La salida material a la crisis está en cambiar las condiciones para que el proceso político permita percibir al ciudadano que Europa resuelve sus problemas concretos y es capaz de responder a sus necesidades.

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Periodismo y Pedagogía: defensa del idioma (I)

Es cosa sabida que el periodismo ha ejercido desde sus orígenes una función pedagógica de primer orden, ya que no solamente ‘crea opinión’ sino que, al mismo tiempo, contribuye a la formación del lector, poniéndole en contacto con la realidad vital del lenguaje, influyendo en su forma de expresión y desarrollando su capacidad de análisis y de síntesis. Cuando la radio y la televisión se incorporan a este fenómeno de la comunicación, la masa social destinataria del mensaje periodístico, radiofónico o televisivo adquiere proporciones inmensas, .y de ahí la importancia de utilizar palabras y expresiones que designen con precisión y sin equívocos lo que el pensamiento y la razón nos dictan.

No obstante, pienso que la causa de tanto desafuero lingüístico no debiera atribuirse únicamente al desconocimiento, sino también al desinterés, a la falta de curiosidad intelectual, a esa actitud tan nuestra de “sostenella y no enmendalla”. Abundan los manuales de gramática, los libros de estilo, las reiteradas llamadas de atención por parte de filólogos y académicos -con perdón de algún que otro sandio, (¿o debería decirse ‘sandia’?), que les concede escasa autoridad-, las advertencias en fin de escritores y periodistas, todo lo cual me hace suponer que, o bien los’ infractores’ no son conscientes de la necesidad de revisar sus conocimientos o, lo que es todavía más preocupante: menosprecian toda reconvención o sugerencia.

Entiendo que asomarse al espacio público de la comunicación implica un riesgo permanente de error, razón por la que debemos permanecer en alerta, tal como afirma Pérez-Reverte, para quien “el gazapo es la pesadilla constante de periodistas y escritores, y ni los grandes maestros están a salvo de un texto revisado con descuido o de una galerada corregida entre prisas”.

Muchos de nosotros, en nuestros inicios, tuvimos ocasión de conocer a excelentes escritores -ensayistas, novelistas, poetas- quienes, a través de sus artículos ejercían un verdadero magisterio -se compartiesen o no sus puntos de vista, que eso es cosa bien distinta-, magisterio que consistía en desarrollar las líneas maestras de la narración, en la búsqueda de un estilo propio y conciso, sustentado todo ello en una sintaxis sólida, una ortografía sin fisuras (recuerdo que se detectaban muchos menos ‘gazapos’, y eso que no existía el programa de corrección de textos por ordenador), así como en un léxico amplio y preciso del que estaban ausentes tópicos y lugares comunes.

De modo que, y aún asumiendo de antemano que el mensaje sea arrojado a la papelera del olvido o, incluso, provoque la iracundia de quien pudiera creerse aludido, lo que, en ningún caso, es mi intención, me permito reproducir -aunque firmas prestigiosas me han precedido en la tarea- unos cuantos ejemplos, recogidos al azar en prensa, pero sobre todo en emisiones de radio y televisión. Todos ellos confirman esa obsesión por distorsionar el lenguaje, en un intento absurdo de originalidad o de pretendida modernización.

La jerga deportiva, el fútbol, por ejemplo, es terreno fértil en el que florecen expresiones que sobrepasan nuestra capacidad de asombro, como cuando se dice que un jugador especula con el balón o que no define la jugada; que el susodicho balón, también llamado cuero o esférico, merodea el área; que el guardameta o cancerbero ha realizado una parada heterodoxa; que el árbitro o trencilla ha señalizado una falta al borde del área o que ha pitado orsay (por offside); que fulano ingresa en el terreno o se dispone a disparar con pierna derecha, o que mengano avanza por banda izquierda; o bien, si en aquel momento el marcador señala cero a cero, nos aclara que el resultado inicial permanece inalterable; si el equipo en cuestión obtuvo una victoria mínima o apurada, se dirá que fue una victoria pírrica; que fulano va jugar en detrimento de zetano, es decir, causando a éste daño moral o menoscabo; que tal jugador ha anotado / ha firmado un gol sensacional; que restan (nada de faltan o quedan) equis minutos; que un jugador ha perdido la verticalidad -descripción que entusiasmaría a los preciosistas del siglo XVII-; que han dado comienzo los entrenos; que un jugador está calentando; que su alineación para el próximo partido no está segura; o bien, una vez llegado a su conclusión (finalización suena más solemne), que el árbitro decreta el final de la contienda... Enfin, como se dice en los tebeos- que no ‘comics’- continuará.

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IDEAS

Proyectos Generadores de Empleo Estable y Garantía de Renta

Nos encontramos en este mes de abril de 2006, atentos ante la entrada en vigor de la nueva convocatoria de Proyectos Generadores de Empleo Estable, así como Proyectos de Garantía de Renta.

Pasaron a la historia aquellos programas del Plan de Empleo Rural (PER), donde el desarrollo socio económico de nuestros municipios y algunas ciudades, consistía en cubrir primeras necesidades de alcantarillado y asfalto en las calles, construcción de acerados, limpieza de hierbas en las cunetas u otras actuaciones para evitar catástrofes y riadas u otros daños naturales. Apenas hace 25 años de ello.

Este tipo de proyectos, tratan de llevar a cabo un enfoque integral de inversiones por parte de los diferentes Ayuntamientos, Diputaciones Provinciales u otras Administraciones Públicas, como medida de desarrollo socio-económico en los diferentes municipios donde se acometan las inversiones.

Para ambos proyectos -Empleo Estable y Renta Agraria- las Corporaciones Locales perciben subvenciones del Servicio Público de Empleo Estatal y la delegación del Gobierno de la Junta de Andalucía, van enfocados a la realización de obras y servicios de interés general y social, acogidos al Programa de Fomento de Empleo Agrario.

Diríamos que este tipo de proyectos, es una parte del antiguo Plan de Empleo Rural (PER) hoy llamado PFOEA, en cuyo caso los trabajadores contratados pueden mantener contratos de hasta 6 meses incluidos en el Régimen General, en lugar de los 15 días que habitualmente se trabaja en el resto del programa, principalmente como apoyo a conseguir las peonadas necesarias de cara al subsidio agrario. Se consigue con ello el fomento y la creación de empleo dirigido a trabajadores desempleados que preferentemente sean eventuales agrarios.

Entre otros podemos citar algunos requisitos que deben reunir estos proyectos:

* Obras y servicios que sean de carácter general e interés social.
* Que el ámbito de actuación sea agroforestal, el medio ambiente u otras actuaciones desarrolladas sobre la base de recursos endógenos del territorio.

La resolución favorable de estos proyectos atienden a una serie de criterios y prioridades, tales como: índice de empleo a crear, sector económico vinculado a la zona, cooperación intermunicipal, ...etc.

Son muchos y diversos los programas de este tipo que suelen presentar las diferentes Administraciones Locales ante la Junta de Andalucía y el Servicio Público de Empleo Estatal. La financiación va desde el Estado que subvenciona el 100% de la mano de obra a contratar, siendo la Junta de Andalucía quien aproximadamente financia el 40% de los materiales necesarios, correspondiendo al Ayuntamiento el 60% restante. Supone un gran esfuerzo por parte de este último, dada la escasa autonomía financiera de que goza en proporción a las otras dos administraciones.

Gracias a los Programas Genradores de Empleo Estable y Garantía de Renta, se están construyendo Centros de Formación como apoyo al empleo, escuelas y/o viveros de empresas como apoyo a la iniciativa empresarial de nuevos emprendedores de los diferentes municipios, centros multifuncionales... etc. Dándose un paso más en los últimos años hacia el desarrollo social de nuestros pueblos: programas de empleo estable enfocados a ‘la Ayuda a Domicilio’.

Todo ello, unido a otras actuaciones relacionadas con las políticas activas de empleo, nos dará el equilibrio global que necesita una comunidad como la nuestra para desarrollarse en un futuro. Compaginar equilibrio territorial, social, económico y cultural para conseguir el tan deseado bienestar social + crecimiento económico = Desarrollo.

mailto:josevalero@economistas.org >josevalero@economistas.org 

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